El movimiento es uno de los pilares de Vida Sana, el centro adventista de Puiggari que presenta programas personalizados para brindar respuestas a los más necesitados. Y ahí, el uruguayo Esteban Couto, de 42 años, es una de las cabezas en el grupo de profesores que se encarga de confeccionar una rutina especializada para cada visitante.
Nacido en Santa Lucía, de la República Oriental, trabajó en Rosario y en distintas ciudades, pero encontró su lugar en Vida Sana, donde descubrió su verdadero amor por su vocación en la orientación de la salud. Junto a ADN+, habló de su trabajo en el centro adventista.

Couto en medio de una rutina junto al grupo de profes de Vida Sana.
-¿Cuáles son tus funciones en «Vida Sana»?
-Me desempeño como coordinador del área de Actividad Física, soy parte de un equipo de cuatro profes que tiene como objetivo el seguimiento y planeamiento de diversas actividades.
-¿Se pueden visibilizar problemáticas comunes?
-Hoy cambió mucho el perfil de paciente que viene a nuestro centro. La gente está muy cargada emocionalmente, con mucha ansiedad y estrés, producto de la locura que se vive en las ciudades y eso también los lleva a desarreglos en su alimentación y al consumo de sustancias que antes no eran tan frecuentes.
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-¿Cuál fue el caso más significativo de transformación de una persona que hayas tenido?
-Acá en nuestro centro cada semana se producen milagros hermosos que no solo tienen que ver con los cambios físicos, sino con una toma de conciencia de su cuerpo, de su salud. Es difícil elegir un caso particular porque muchos han marcado mi vida. Te puedo mencionar uno que me ayudó a decidirme para capacitarme más, que fue un paciente con secuelas serias de poliomielitis (una enfermedad que casi no se ve, causada por un virus y que provoca parálisis) y con el que hicimos un hermoso trabajo de rehabilitación. El paciente se fue agradecido, feliz, y a mí me cambio la cabeza.
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-¿Trabajaste en otros espacios como preparador físico?
-Cuando estuve viviendo en Rosario oficié como Personal Trainer, pero no era mi mayor fuente de ingreso. Siempre me gustó la relación entre la actividad física y la salud.
-¿Qué consejos tiene que tener en cuenta la gente para transitar una vida sana?
-No me considero en la posición de aconsejar a nadie, pero si quizás he visto con los años que los pacientes que se mueven son los que llegan a la vejez con una buena calidad de vida. Cuidarse es un verdadero proyecto de salud y requiere decidir todos los días desde lo que como, cómo me muevo, cuánto duermo, qué importancia le doy a los vínculos, cómo afronto los problemas que se presentan a diario y por sobre todas las cosas, qué lugar ocupa Dios en mi vida.