La Alianza Cardenal Amarillo, el proyecto nacional que cuida y protege al ave sudamericano

La Fundación Temaikèn, el Laboratorio de Ecología y Comportamiento Animal y Aves Argentinas conforman un proyecto que tiene como objetivo cuidar, rehabilitar y liberar al ave nativo del continente.

Por Lucas Torretta

Ago 5, 2024

Casi siempre que una especie animal se encuentra en peligro de extinción, aparecen entidades públicas y privadas que conforman un equipo con el objetivo de rescatar, rehabilitar y liberarlo al mismo tiempo que se concientiza sobre su importancia y cuidado. Dentro de todos los proyectos nacionales que existen, hay uno que viene trabajando insaciablemente desde 2017 y logrando muy buenos resultados.

Se trata de la Alianza Cardenal Amarillo, una colaboración entre la Fundación Temaikèn, el Laboratorio de Ecología y Comportamiento Animal (LEyCA, FCEN, UBA-CONICET) y Aves Argentinas que nació con la idea de salvar al cardenal amarillo, un ser nativo de América del Sur.

 

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En una entrevista con El País, la doctora de Ciencias Biológicas de la Universidad de Buenos Aires, Alicia de la Colina, explicó que la especie se encontraba «altanamente amenazada» cuando empezaron. Esto se debe a los cazadores que la buscan para traficarla por «la belleza de su canto y el plumaje» en Estados Unidos, Asia y Europa.

Si bien la lucha recién empieza, la entidad está realizando un gran trabajo colectivo que consiste en recibir denuncias particulares que les revelan donde está el trafico ilegal y así lograr que los animales ingresen al Centro de Recuperación de Especies de la Fundación para se les efectúen los chequeos correspondientes. De esta manera, pueden conocer en profundidad las diferencias que tiene cada uno, como el comportamiento y la capacidad de vuelo, lo que permite «conocer la proveniencia geográfica» y su lugar de origen antes de ser capturados.

La Alianza Cardenal Amarillo se encarga de rescatar, rehabilitar y liberar al ave nacional.

Una vez que llevan a cabo este paso, que también es muy importante porque sirve para detectar «dónde ocurre la mayor proporción de captura», tienen que «despertar» la respuesta de los ejemplares ante los predadores, ya que lo pierden por haber estado enjaulados: «Cuando se acerca la fecha de liberación, reactivamos ese comportamiento con ejercicios de reconocimiento de predadores. Así luego, en los monitoreos en naturaleza, no tenemos ninguna baja por predación», comentó la bióloga de la UBA, Melina Atencio.

Finalmente, les colocan anillos de identificación para cuidarlos a distancia sin interferir en su maduración natural. Hasta el momento, el proyecto liberó 232 cardenales, un gran número teniendo en cuenta que desarrollan esta acción dos veces al año.

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