Marilyn Monroe, actriz, modelo y cantante icónica, vivió y murió en la coqueta casona de Brentwood. Sus últimos dueños querían demoler todo el predio, pero finalmente se votó a favor para mantener en pie a toda la construcción. Además, el rincón fue declarado Patrimonio Cultural.
La concejal Traci Park fue lapidaria: “Tenemos la oportunidad de hacer hoy algo que debería haberse hecho hace 60 años… probablemente no haya ninguna mujer en la historia o la cultura que capte la imaginación del público como lo hizo Marilyn Monroe. Incluso todos estos años después, su historia todavía resuena e inspira a muchos de nosotros hoy”.
Monroe, en medio de las cartas de fanáticos, en una de las habitaciones de la casa.
La votación fue 12-0, con el respaldo tanto del subcomité de gestión del uso de la tierra como de la comisión de patrimonio cultural, según informes de los medios.
Aunque cabe aclarar que debido a la postura de los propietarios actuales, el trámite se demoró más de la cuenta. Ellos sostuvieron que la medida violó los estatutos vigentes.
Una de las piezas de la coqueta mansión.
Entre sus razones para demoler la famosa propiedad de Monroe, los dueños alegaron que la casa ya ha sufrido modificaciones que la alejan de su parecido a cuando la actriz habitó en ella, además de que, debido a su gran popularidad y la llegada masiva de turistas, se había convertido en una molestia para el vecindario.
En septiembre pasado, Park argumentó que menos del 3% de las designaciones históricas en la ciudad están asociadas con mujeres y que permitir que la casa Monroe fuera demolida sería un “golpe devastador”. Como parte de su obligación con los propietarios del barrio, la concejal presentó otra moción para evaluar las restricciones de los autobuses turísticos en las calles vecinas.
