Facundo Defraia viajó desde Argentina a Miami con amigos y se quedó allí para cumplir un sueño: tener un restaurante propio. Mientras trabajaba como chef en diferentes locales, le daba forma a una idea que finalmente pudo concretar en 2018, con la apertura de “Boludo” en Minneapolis.
Oriundo de Almagro, en una charla con La Nación Defraia recuerda que cuando era chico se fanatizaba con los programas del “Gato” Dumas y Francis Mallman. Ante tanto interés por la cocina, su mamá comenzó a comprarle utensilios y el practicaba sus primeras recetas.
Ya en Estados Unidos, a donde llegó en el 2001, trabajó de cualquier cosa, pero siempre enfocado en la cocina. Comenzó a trabajar como chef en un hotel con la intención de ahorrar y en 2005 pudo abrir su primer emprendimiento: una panadería llamada “Don Carbone”. Sin embargo, no tuvo una buena experiencia con sus socios y, según cuenta, “lo perdió todo”.
En Minneapolis vio la oportunidad de un restaurante de comida argentina en 2018. “No había casi nada, solo empanadas Del Sur. Me asocié con un americano y arrancamos muy bien, pero ‘explotamos’ cuando al poco tiempo el crítico gastronómico del principal diario nos dio tres estrellas sobre cuatro y la distinción de ‘capo de la masa’”.
El local, de 30 metros cuadrados, les quedó chico y, con la pandemia del Covid-19, siguieron creciendo, a punto tal que abrieron un restaurante más en el centro. El 100% de las recetas son de Defraia; tienen seis variedades de pizzas y seis de empanadas para vegetarianos y la misma cantidad para quienes comen carne.
Hoy emplea a unas 60 personas y vende vinos, cervezas y fernet argentinos. Hacen “todo casero”, hasta el dulce de leche que usan; la masa es “masa madre” y tienen un obrador en el local céntrico, aunque después en cada uno de los otros arman las empanadas y las pizzas. Defrai adelanta que están terminando los manuales para franquiciar además de analizar nuevos puntos de apertura ya en otras ciudades de Estados Unidos.
Respecto del nombre, que ya está registrado, el empresario menciona que a la entrada de cada uno de los espacios hay un póster donde explican el significado: “No es una agresión; parte de nuestra cultura”.