Momento de graficar la extraordinaria y asombrosa historia de Franco Meconi, un astrofotógrafo que, lisa y llanamente, tomó la determinación de montar su propio observatorio espacial en medio de su vivienda. Sí, así como leen.
Este argentino, un apasionado por su labor, utilizó la terraza de su casa para montar un estudio desde donde captura postales muy variadas del universo. Una historia absolutamente destacable y también digna de aplaudir de pie.
«Mi interés por la astronomía comenzó en mi infancia. Cuando era chico, nos íbamos de vacaciones con mi papá en el auto y él solía parar en el medio de la ruta, de noche, nos hacía bajar y mirar para arriba», comenzó narrando.
«Mirar ese cielo estrellado que solamente se ve desde el medio de la nada fue una experiencia que me marcó», profundizó Franco en declaraciones brindadas a TN, exteriorizando una clara fascinación por lo que hace.
Un tiempo después, el protagonista de esta historia recibió un obsequio muy particular de un amigo: un pequeño telescopio con el que empezó a explorar el espacio desde su balcón. Y allí fue cuando descubrió la astrofotografía.
«Es tan fuerte la primera impresión cuando ves con tus propios ojos a Saturno, por ejemplo, en vivo, en directo, que inmediatamente querés mirar más allá», continuó exteriorizando Meconi sobre los motivos que lo llevaron a este proyecto.
«En un principio había algunas imágenes que yo podía hacer con mi telescopio desde el balcón de mi casa, como por ejemplo fotografiar la Luna, los planetas y demás. Pero después, si yo quería sacarle a otro tipo de objetos, la verdad que no quedaba mucha otra opción que irme al campo», añadió.
Y, por último, deslizó: «Obviamente, como uno busca perfeccionar la técnica, me fui equipando hasta lograr tener un dispositivo que me permitiera sacar estas fotos desde la ciudad. Ahí surge la idea de armar un pequeño observatorio casero, cuya ventaja es que se puede dejar el equipo ya armado».