En las últimas horas, la nave privada Blue Ghost aterrizó en la Luna después de un viaje de nada más ni nada menos que 46 días. Sin ningún tipo de dudas, un momento muy emocionante para el planeta entero.
Este módulo lunar transportaba un taladro, una aspiradora y otros experimentos para la NASA y analizará el subsuelo, la superficie y la atmósfera lunar como parte del programa denominado «Artemis» del mencionado organismo.
La nave Blue Ghost Mission 1 de Firefly Aerospace, que se traduce en la segunda compañía privada en lograr este hito, alunizó a las 3:34 horas de la costa este de los Estados Unidos. Lo hizo cerca de Mons Latreille, una formación volcánica del Mare Crisium, en la cara noreste de la Luna.
Cabe destacar que el módulo de aterrizaje descendió de la órbita lunar con piloto automático, apuntando a las laderas de un antiguo domo volcánico en una cuenca de impacto en el borde noreste del lado cercano de la luna.
No es un detalle menor que la confirmación del aterrizaje exitoso llegó desde el Centro de Control de Misión de la mencionada compañía en Austin, Texas: «Estamos en la luna», informó el Centro de Control de Misión.
Por otra parte, en su camino hacia la Luna, Blue Ghost fue enviando imágenes muy interesantes de la Tierra. Luego continuó proporcionando imágenes muy detalladas de la superficie grisácea y llena de marcas de la Luna.
Paralelamente, un receptor a bordo rastreó y adquirió señales de las constelaciones GPS de Estados Unidos y Galileo de Europa. Esto se traduce en un avance realmente contundente en torno a la navegación para futuros exploradores.
