La pasión y la locura de los hinchas de Boca por la final de la Copa Libertadores en Río de Janeiro es descomunal. Miles de fanáticos del Xeneize partirán este jueves en caravana hasta el Maracaná en más de 100 micros y un número incalculable de autos decorados con los colores azul y oro. De hecho, el consulado argentino calcula que unos 150,000 hinchas de Boca que invadirán la «cidade maravilhosa» para la final ante Fluminense de este sábado a las 17. Es más, a esa cantidad hay que sumarle las 50.000 personas de las filiales del club que se unirán a esta aventura.
Las carreteras en Brasil se verán saturadas, con casi mil autos y furgonetas privadas que transportarán a más hinchas de Boca, aunque solo 20,000 tienen boletos y se suman 3,000 en palcos, por lo que la mayoría vivirá la final en las calles om playes de Río. Incluso, se maneja la posibilidad de abrir el Sambódromo u otro espacio para aquellos sin entradas para prevenir disturbios o agresiones, como las que ya sufrieron varios fanas del Xeneize.
Obviamente, las playas de Copacabana ya se ven abarrotadas de hinchas cantando y agitando las banderas de Boca con la camiseta puesta. Las autoridades de Río son conscientes de la ola de fanas de Boca será una multitud muy difícil de controlar y por eso ya tienen medidas previstas para que este sábado haya fiesta en Río de Janeiro cualquiera sea el resultado de la final de la Copa Libertadores.