¿La música puede considerarse como parte de la literatura? La pregunta dividió aguas durante años y sigue siendo un interrogante sin una clara respuesta. Los grandes cantautores requieren de compases y melodías, pero para darle sentido a lo que quieren transmitir necesitan de letras. En algunos casos, los artistas rompen con todos los esquemas, como en el caso de Joaquín Sabina.
Entonces, la Universidad de Almería decidió enfocarse en el cancionero de Sabina. “Una rosa en los callejones”, con Javier Soto Zaragoza a la cabeza, intenta descifrar cada palabra para darle validación académica a los temas.
“Sus letras son literatura y (…) es un autor literario sobresaliente en el género de la canción”, afirma Soto. Además, ha aplicado numerosas teorías literarias como los análisis métrico, temático o narrativo. En concreto, el investigador tomó como punto de partida otra tesis de la Universidad de Viena de 2017, titulada “Estética literaria en la obra de Joaquín Sabina: simbología de la desesperación en el cancionero”.
La tesis doctoral implica un paso significativo en el reconocimiento formal de las contribuciones literarias dentro del mundo de la música. En este sentido, la investigación de Soto Zaragoza abre nuevas puertas para futuros estudios que busquen explorar el cruce entre la lírica musical y la literatura. La atención que este estudio empieza a recibir subraya un creciente interés académico en formas de expresión artística tradicionalmente consideradas fuera del canon literario.
Uno de los sucesos que motivó al académico para realizar a fondo esta investigación fue el premio nobel de literatura que recibió Bob Dylan en 2016. Desde ese momento, hizo foco en la perpectiva narrativa de Sabina y tomó como modelos canciones como “Una canción para la Magdalena”, “Peor para el sol” y “Leningrado”.
Cabe destacar que el autor español aborda diversas temáticas en su extensa obra y en parte de ella, incluyó y siempre tiene presente sus vivencias en Buenos Aires, el tango, su pasión por Boca, Diego Maradona y todas los objetos que son parte de la tradición argentina.
“Una canción para la magdalena”
Si a media noche, por la carretera que te conté,
detrás de una gasolinera donde llené,
te hacen un guiño unas bombillas azules, rojas y amarillas,
pórtate bien y frena.
Y, si la Magdalena pide un trago, tú la invitas a cien que yo los pago.
Acércate a su puerta y llama si te mueres de sed,
si ya no juegas a las damas ni con tu mujer,
sólo te pido que me escribas, contándole si sigue viva la virgen del pecado,
la novia de la flor de la saliva, el sexo con amor de los casados.
Dueña de un corazón, tan cinco estrellas,
que, hasta el hijo de un Dios, una vez que la vio, se fue con ella.
Y nunca le cobró, la Magdalena.
Si estás más solo que la luna, déjate convencer,
brindando a mi salud, con una que yo me sé.
Y, cuando suban las bebidas, el doble de lo que te pida,
dale por sus favores, que en casa de María de Magdala,
las malas compañías son las mejores.
Si llevas grasa en la guantera y un alma que perder,
aparca junto a sus caderas de leche y miel,
Entre dos curvas redentoras
la más prohibida de las frutas que espera hasta la aurora,
la más señora de todas las putas, la más puta de todas las señoras.
Con ese corazón, tan cinco estrellas,
que, hasta el hijo de un Dios, una vez que la vio, se fue con ella,
Y nunca le cobró, la Magdalena.