Lia Antonela Scandurra, la argentina que era abogada y hoy trabaja en películas de Hollywood como vestuarista

Oriunda de Mar del Plata, Antonela decidió cambiar por completo su vida durante la pandemia de coronavirus. Dejando atrás la abogacía, viajó a Inglaterra para probar suerte como vestuarista. Tras golpear puertas, le llegó una oportunidad que no desaprovechó. Con pocos años en la industria, fue parte de Wicked, la película protagonizada por Cynthia Erivo y Ariana Grande que cosechó diez nominaciones en los Premios Oscar.

Por Lucas Torretta

Ene 29, 2025

La semana pasada, la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood reveló los nombres de las películas y los actores que competirán en los Premios Oscar el domingo 2 de marzo. En medio de las figuras internacionales y las nominaciones de los argentinos Pablo Helman y Nelson Sepulveda-Fauser, nuestro país dirá presente en la ceremonia gracias a diferentes trabajadores de la industria que, en secreto, se ganaron el reconocimiento de los exponentes artísticos más grandes del mundo. Un caso como este es el de Lia Antonela Scandurra, una marplatense que fue parte de Wicked, el musical protagonizado por Cynthia Erivo y Ariana Grande.

Aunque estaba desarrollando una carrera como abogada en su país natal, la pandemia de coronavirus hizo que se replantee su vida de tal manera que decidió viajar a Londres, Inglaterra, para cumplir su sueño de desempeñarse como vestuarista, una pasión que hasta ese momento la llevaba a cabo como un hobby.

Golpeando puertas y aprovechando las oportunidades que se le presentaron, Antonela fue creciendo hasta llegar a las grandes ligas. En esta entrevista con ADN+, nos cuenta cómo es su experiencia en el cine, cuáles son sus próximos proyectos y, entre otros temas, lo que significa para ella haber estado en una producción que fue un éxito mundial y está protagonizando la temporada de premios en Estados Unidos.

 

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-Trabajas en vestuario. Principalmente, ¿qué tareas desarrollas?

-Hago dos cosas diferentes. Por un lado trabajo de artista textil como junior y por el otro de stand by. Como artista textil estoy más en el proceso creativo, donde se hacen muestras con parámetros que da el diseñador o diseñadora y sus asistentes para luego llegar a un resultado final. Me dedico más que nada a la parte de estampado, pero también hay teñido de telas y envejecimiento de vestuario, entre otras funciones dentro del mismo departamento. Y como stand by trabajo en el set y la tarea es mantener la continuidad del vestuario entre escenas y solucionar cualquier problema que pueda darse con el vestuario. Si bien estar en el set está muy bueno, es menos creativo. Así que si tuviera que elegir, elegiría el taller de textiles toda la vida. Además de esto, también hice diseño de vestuario en proyectos de bajo, medio y alto presupuesto.

-En Argentina eras abogada. ¿Qué te llevó a mudarte y empezar a trabajar en un área completamente diferente?

-Creo que el aislamiento en la pandemia me hizo pensar mucho. Siempre me apasionó mi carrera, pero mi trabajo en el juzgado en el que estaba ya no me llenaba. Los temas con los que trataba día a día eran bastante complicados y decidí que no quería hacerlo más. Esa parte no fue tan compleja, pero sí lo fue la parte de decidir qué hacer después. Siempre me gustó la moda, hice cursos de costura y confección, bordado y estilismo, pero no quería tener mi propia marca de ropa, lo hacía por hobby. Y siempre amé el cine, así que en algún momento estas dos ideas se cruzaron y fue perfecto. En el cine no tenés que seguir modas, son pequeños universos que no hace falta que tengan sentido. Podés ser tan loco como quieras, siempre y cuando lo permita el director, y son creaciones que van a existir para siempre.

-Contaste en una entrevista que golpeaste puertas para que te tomen y empezaste trabajando gratis. ¿Cómo fue esa experiencia y qué le podrías decir a alguien que esté en una situación similar a la tuya?

-Sí, en realidad la situación fue hasta un poco más de película. Cuando golpeé la puerta estaba bastante nerviosa y no me “vendí” muy bien con ese Jefe de Departamento. Al otro día volvía a la Argentina de vacaciones y dije: “Yo tengo que volver y hacer las cosas mejor”. Pero entrar a los estudios de cine no es fácil, hay mucha seguridad por todos lados. Justo el lugar en donde yo había hecho un curso estaba buscando modelos para un curso de maquillaje y me ofrecí. Compré una caja de alfajores Havanna, le escribí mi nombre y número de teléfono y volví a ser modelo del curso, pero antes pasé por el taller y le dije a esa misma persona el discurso que había estado preparando cuando estaba en Mar del Plata, le dejé los alfajores y me fui al curso. A los diez minutos me llamaron de la producción para contratarme. Cada vez que lo veo le agradezco que me haya dado la oportunidad y que no haya llamado a seguridad. Y el curso era de caracterización de personajes, así que todavía tengo las fotos. Terminé con barba, patillas y pelada (de mentira), me costó semanas sacarme todo el pegamento de la cabeza, pero estaba feliz y contratada.

Creo que el mejor consejo que puedo dar es que se animen. Por cada contrato hay varios rechazos y hay que estar preparado para recibirlos y no tomarlos como algo personal. Hay que escribirle a quien sea que te guste cómo trabaja, hoy las redes permiten eso y me ha servido para contactarme con gente muy copada de esa forma. Ser humilde y tomar cualquier tarea por pequeña que sea como un aprendizaje más.

-¿Cómo llegaste a Wicked y cómo fue la experiencia de trabajar en una producción de esas características?

-Llegué a la película porque el Jefe de Departamento que me contrató la primera vez me recomendó con el que trabajaba en Wicked. Fue una experiencia increíble: los sets eran de otro mundo, todos los tulipanes que se plantaron, que después nos regalaron junto con un montón de las plantas de verdad que se usaron, y los vestuarios, por supuesto, pero no puedo ser objetiva. Creativamente no hay límites, las cosas se hacen a medida, desde cero, tenés a los mejores de cada rubro trabajando día a día para darle forma a ese universo mágico que es Oz.

-Si bien la película fue un éxito en taquilla, las nominaciones a los Oscar le suman un reconocimiento extra a la labor realizada. ¿Qué significa para vos?

-La verdad que es difícil de explicar. Si hace cinco años me hubieras dicho que iba a formar parte de un equipo nominado a un Oscar, te hubiese contestado que estabas loco. Si además me hubieras dicho que iba a estampar el vestido de Glinda, que fue la primera foto publicada de la película, el vestido que aparece en el póster y hasta en bolsas de pochoclos en los supermercados, creo que “loco” hubiera quedado chico. Pero acá estamos… Wicked fue un viaje de aprendizaje y autoconocimiento por el que siempre voy a estar eternamente agradecida. Me enseñó que no hay límites y que con trabajo y esfuerzo, los sueños pueden hacerse realidad.

-Estás radicada en Europa, pero ¿te gustaría participar alguna vez en una producción argentina?

-¡Sí, me encantaría! Creo que el cine argentino es excelente y amaría poder formar parte de alguna producción algún día. Así que señores productores de Argentina: acá estoy, lista.

-Estuviste hace poco en el festival de cine de Mar del Plata, donde proyectaron la película. ¿Qué sentiste al ver el largometraje en tu ciudad natal y con tu gente?

-Fue surreal y uno de los momentos más especiales que me tocó vivir. Amo lo que hago pero estoy a 10.000 km de la gente que quiero y que vivió conmigo todo este recorrido, así que poder sentarme con ellos a verla, en un contexto como el del Festival de Cine con el que crecí, fue inolvidable. Y por supuesto, la recepción de la gente fue muy especial.

-Aunque todavía no estrenaron, trabajaste en proyectos como Blancanieves y 28 años después. ¿En qué películas o series vas a estar próximamente?

-Trabajé en una película que se llama Pressure, basada en una obra de teatro del mismo nombre, ambientada en la Segunda Guerra Mundial. También en la tercera temporada de The Diplomat y la cuarta de The Witcher, ambas de Netflix, pero no en todo el proyecto, sólo en algunas escenas. Y ahora estoy trabajando en la tercera temporada de un serie importante, también en textiles, pero la verdad que no leí mucho el contrato así que no sé si puedo decir el nombre o no. Terrible abogada, lo sé.

Lucas Torretta

Periodista deportivo recibido en DeporTea en 2020. Actualmente se desempeña como redactor en Medio Pique, un portal deportivo de Instagram que se dedica a recordar historias del fútbol argentino, y como columnista en el programa de radio Mataderos Mi Pasión, entregando toda la información de Nueva Chicago a sus hinchas.

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