Los decoradores definen a los books nooks como manualidades refinadas. Las pequeñas habitaciones recrean fragmentos de alguna historia y traducen la estirpe de cada autor en la ambientación.
El puntapié en nuestro país lo dio la artista Giselle Lalo, quien llegó de Europa con las novedades. “Era algo totalmente desconocido, me sorprendió la sutileza estética”, reconoció.
Ahora, es una de las fabricantes de estos objetos que sirven de separadores de libros y a la vez representan una obra de arte en sí misma. Los temas son variados, desde Harry Potter, Jorge Luis Borges y Julio Cortázar. En su producción, no hay dos book nooks iguales y cada elemento es 100 % artesanal.
En realidad, estas piezas se remontan al siglo XIX, en esa etapa se las conocía como dioramas. Eras modelos a escala que representaban viñetas de la vida real o de la naturaleza. Gracias a la ayuda de las redes sociales, los objetos pequeños se hicieron cada vez más conocidos.
Los materiales de los book nooks son diversos. Desde una caja o estante, a materiales de cartón, papel, goma eva hasta pequeños objetos y accesorios que pueden estar diseñados con porcelana. Son fundamentales el pegamento, la tijera, y los pinceles. .
Además, Lalo se entremezcla con lo nuevo a los XX años. Utiliza la parte digital para diseñar los ambientes y además, utiliza la Inteligencia Artificial para licuar o eliminar imperfecciones. Su amor por el trabajo se traduce en la manera que se hacen los pedidos: “Necesito que me cuenten para quién es el regalo, porque yo pongo el corazón en cada reconstrucción”.