El domingo 4 de agosto fue una jornada triste para el deporte nacional, ya que el seleccionado argentino de handball masculino se despidió de los Juegos Olímpicos de París con una derrota ante Egipto por 34-27. Más allá del desconsuelo por el resultado, gran parte de la amargura tuvo que ver porque ese partido marcó el retiro definitivo de dos leyendas de Los Gladiadores: Federico Pizarro y Federico Fernández. Ayer, celebrando su enorme carrera, el jugador de San Fernando recibió un gran homenaje previo a disputar la recuperación de la Fecha 1 LHC Oro ante Luján.
El encuentro se llevó a cabo en la Casa del Handball, el increíble estadio que está dentro del Parque Olímpico que supo albergar el torneo juvenil que organizó Buenos Aires en 2018. Si bien el resultado finalizó con una victoria del club de General Arias por 37-23, las miradas estuvieron puestas en el referente de la Albiceleste.
Antes de que inicie el enfrentamiento, Fernández fue sorprendido con un emotivo video que resumió en pocos minutos los increíbles logros que conquistó con el país, como la clasificación a los cuatro Juegos Olímpicos desde el 2012 hasta el 2024 o las medallas cosechadas en los Campeonatos y Juegos Panamericanos.
Segundos más tarde, el extremo izquierdo recibió una plaqueta y una camiseta de las manos de Gustavo Malventano, presidente de Fe.Me.Bal, Orlando Rockstroh, vicepresidente de la entidad, Daniel Giovagnola, secretario, Carlos Ferrea, presidente de CAH, y Sebastián Gallicchio, uno de los dueños de CH1 Sports, la marca deportiva que fabrica las pelotas que se utilizan en el torneo.
En una entrevista con ADN+, la máxima autoridad de la Federación Metropolitana de Balonmano expresó que homenajear a Fede fue «algo increíble», ya que es un jugador que «desde hace muchísimos años está en nuestra liga y nunca se fue». Y añadió: «Tiene una trayectoria intachable, estuvo nominado a los Premios Jorge Newbery, a los Olimpia, jugó cuatro Juegos Olímpicos, ganó el sudamericano de clubes, que hacía muchísimos años que un equipo de Fe.Me.Bal no lo ganaba. Tiene una carrera increíble, impresionante y para mí es un lujo poder haberlo homenajeado».
En la misma línea, comentó que para la liga nacional es un emblema, pues es de los pocos hombres de la Selección que sigue jugando acá: «Tiene una imagen muy positiva y es un tipo con un perfil bajo en lo que es lo personal pero un perfil muy alto en lo que es como jugador. Nosotros tenemos el sueño y la esperanza de que continúe enseñando, volcando toda su experiencia a todos los chicos que vienen atrás. Es un gran ejemplo a seguir», afirmó.
Aunque Los Gladiadores vayan perdiendo a sus históricos referentes, Malventano tiene claro cómo será el recorrido que seguirán para que el handball argentino siga creciendo: «El próximo paso es terminar la cancha y empezar a ver los frutos de nuestro proyecto Desarrollo, que son jugadores que queremos tener en la selección y nos van a dar una plusvalía. Es un trabajo que comenzó hace tres años y empieza a dar sus frutos ahora mínimamente, pero esperamos que en dos ciclos olímpicos nos den jugadores de selección importantes con otro tipo de competencia a nivel internacional y mejor de lo que hicieron hasta ahora, que es bastante. Con lo poco que tenemos, nuestros jugadores hicieron muchísimas cosas, pero ahora hay que superar eso».
Finalmente, admitió que deberán trabajar bastante para superar a la generación que puso al deporte de nuestro país en lo más alto del continente, pero que copiarán todo lo posible para seguir creciendo: «Es una generación de lujo, porque si hoy tenemos algo, fue porque ellos arrancaron ganando cosas sin tener nada o teniendo muy poco. Vamos a tener que trabajar muchísimo y con la ayuda de ellos también, porque todo lo que aprendieron en Europa y en las competencias internacionales hay que volcárselos a los que vienen. Así que esperamos ese tipo de respuesta también», concluyó.