Cada concierto de Manu Chao es un grito de esperanza, de denuncia , de libertad y de pedido de justicia. Con ese compromiso, el que siempre tuvo con América Latina, el cantante deleitó a todos los fanáticos en el estadio de Obras Sanitarias y la seguidilla de conciertos por la Argentina seguirán durante todo el mes.
«Pase lo que pase, sea lo que sea, próxima estación: esperanza», lanzó el artista en cada cierre de set, acompañado al unísono por el público. Por supuesto que también hubo espacio para posicionarse con un «fuera motosierra» en varias ocasiones o ceder el escenario a los vecinos autoconvocados de Jachal, San Juan, y Esquel, Chubut, para que puedan realizar sus denuncias públicas contra el extractivismo.
Manu Chao estuvo acompañado por Lucky Salvadori, un oriundo de Monte Chingolo, en bichito cordobés, un expresivo instrumento -similar al cuatro venezolano pero con seis cuerdas- que le dio distintos colores a las despojadas versiones.
Debido a que el show se dio en un formato acústico, el cantante pudo mezclar varias versiones y por momentos jugó en la temática de los temas. Entre las composiciones propias, luego del arranque con «Vecinos del mar», «Todo llegará» y un primer popurrí con «Me llaman calle», «La vida tómbola» (con homenaje a Maradona incluido); y «Me quedo contigo»; el músico sorprendió con «Huelga de amores», el tema de Divididos, aunque en una versión absolutamente despojada de la chacarera y cercana al flamenco.
Hubo otros tres popurrí más: uno con «Circo caliente», «Libertad» y «El tren se fue»; otro con «Mala vida» -uno de los mencionados motivos musicales que fueron retomados por Manu Chao de manera azarosa en varios momentos-, «Yo no podía vivir sin ti» y «Mi vida»; y el tercero con «Luna y sol» y «Mr. Bobby». En medio de ellos pasó «Malegría».
Manu Chao volverá a presentarse en Obras el domingo, el 21 hará lo propio en el Quality Espacio de Córdoba y el 24 cerrará este paso por el país en el Anfiteatro Municipal de Rosario.