La luz de Soriano se apagó a los 93 años, pero su reflejo seguirá latente. Auténtico y talentoso, encarnó a “La Nona”, entre miles de personajes, y recibió grandes distinciones en el país y el Exterior.
Nacido en 1929, dio sus primeros pasos en el teatro y con el correr de los años desplegó su arte en la televisión y la comedia musical. Sus protagónicos en “La Patagonia rebelde” son inolvidables. Su entrañable personaje en “La Nona” le valió el reconocimiento global y gracias al unipersonal “Loro Calabrés”, recorrió todo el continente.

En ‘La Patagonia Rebelde», uno de sus papeles más recordados.
La obra de Soriano en cine abarca más de 50 películas desde sus comienzos en 1955 e incluyen premiadas como “Juan Lamaglia y señora” (1970, por la que ganó el Cóndor de Plata), además de títulos que también quedaron entre los más relevantes: “Las venganzas de Beto Sánchez” de aquel primer ciclo y, a partir de los ’90, “Funes, un gran amor, una sombra ya pronto serás” y, en todo más de comedia, “Coen vs. Rossi”.
Pero Soriano también fue uno de los artífices de Teatro Abierto, aquella gran manifestación cultural cuando todavía regía la dictadura y aquellas representaciones eran un canto de resistencia.

Junto a Héctor Alterio y Ricardo Darín, en una de sus últimas apariciones.
Su actividad artística en las últimas décadas no decayó, y también se dio tiempo para promover y presidir SAGAI (Sociedad Argentina de Gestión de Actores Intérpretes), una entidad en defensa de los derechos de los actores.
Recibió el Martín Fierro en 1999 como mejor actor en “Trillizos” y el Cóndor de Plata en cinco oportunidades. También fue galardonado con el premio Goya y recibió una distinción del Círculo de Escritores Cinematográficos.
En 2010 había sido declarado ciudadano ilustre de la Ciudad de Buenos Aires por la Legislatura de la Ciudad y en abril de este año dijo presente en el homenaje que se le realizó a Héctor Alterio en el Centro Cultural Kirchner. En esa oportunidad, su amigo de toda la vida presentó la obra “A Buenos Aires”.