La escena se dio en un bar de Las Cañitas, en medio de una ola de asaltos que azota al barrio. Martín, el propietario, observó el robo del teléfono a una clienta en una de las mesas, salió al cruce del ladrón y ahí se dio un diálogo llamativo.
“Un chico entró a ofrecer bolsas de residuos y en un momento veo que tira sus productos sobre la mesa de una clienta. Esa modalidad se repite en toda la zona, así roban en todos los restoranes. Enseguida le pregunté a la señora si tenía el celular y me dijo que no. Entonces salgo y tacleo al chorro antes de que salga a la vereda”, cuenta Martín.
Tras atraparlo, se acercaron varios curiosos. El dueño pensó en dejarlo ir, ya que el chico de 15 años argumentó que no tenía para comer y necesitaba la plata para su familia: “Acá siempre hay comida”, dijo el empresario, quien agregó que en el momento de la llegada de la Policía “le pedí que no lo haga más, que nosotros tenemos un puesto si quería trabajar con nosotros. Me da mucha pena lo que pasó porque es un nene”.
El joven fue apresado y el dueño del bar lo espera para cubrir una vacante: “Ojalá que pueda trabajar con nosotros, si es lo que quiere. Hemos tenido varios conflictos ya con este tipo de robos”.