La historia de Juan Contreras es la de la mayoría de los vecinos de Bahía Blanca que perdieron todo por la inundación. De hecho, su negocio de la calle Undiano al 600 quedó sumergido en el agua. Motivado con el único fin de ayudar, decidió atender a todo el barrio y se dispuso a reparar heladeras para que la gente pueda refrigerar sus alimentos y medicamentos.
De forma espontánea, este vecino, que trabaja hace doce años reparando heladeras, decidió empezar a salir con su camioneta para arreglar las de aquellos cuyos electrodomésticos dejaron de funcionar por las inundaciones.
“Vemos las heladeras, tratamos de ponerlas en marcha y de que los vecinos no estén en peligro, sobre todo aquellos que tienen medicación o insulina. Tratamos de darles una mano, especialmente a los mayores”, explicó el hombre.

El equipo de Juan comenzó a atender en las casas de los clientes que sufrieron serios daños en sus artefactos.
“Están agradecidos y quieren pagarme, pero les digo que no, que estén bien y que lo material se recuperará con el tiempo”, aclaró. El barrio Villa Mitre fue uno de los más castigados.
Emocionado y sorprendido por la trascendencia que tuvo su ayuda, cerró: «Decidimos salir a trabajar para la gente, devolver lo que nos dan durante el año, y es una forma de colaborar dentro de mis posibilidades y sentirme útil. En el taller entró agua por el techo, por la losa, por lo que sufrimos daños en los repuestos, aunque logramos salvar los electrodomésticos”.

Desde las distintas ciudades y diferentes puntos del país hubo una gran movida solidaria.
Cabe recordar que esta iniciativa fue replicada por otros profesionales. Por ejemplo, varios mecánicos ofrecieron ayuda para chequear autos y elaborar diagnósticos luego de la tragedia.