Es sabido que dormir es bueno para diversos factores relacionados con la salud, además de para recuperarse física y mentalmente. Sin embargo, siguen conociéndose aspectos más que positivos de descansar de una forma adecuada.
Recientemente, un estudio proporcionado por expertos del Sistema de Salud Mount Sinai de Nueva York, Estados Unidos, reveló que dormir también es muy bueno para el corazón. Sí, sin ningún tipo de dudas, una novedad impactante.
El trabajo llevado a cabo por los mencionados expertos determinó que el sueño es clave para la recuperación tras haber sufrido un infarto. Por ende, es netamente favorable para aquellos individuos que estén convalecientes.
A su vez, dormir profundamente reduce el estrés y la inflamación, en sintonía con la influencia también determinante de los medicamentos, la rehabilitación física y las modificaciones en la dieta. Para tenerlo muy en cuenta.
El estudio del Mount Sinai indicó que el cerebro induce el sueño profundo después de un infarto para ayudar en la sanación cardíaca. Los monocitos activan una neuroinflamación controlada que promueve el descanso reparador.
Así las cosas, se reduce considerablemente el riesgo de complicaciones, por lo que dormir bien en las semanas posteriores a un infarto puede disminuir de forma contundente el riesgo de problemas cardíacos futuros.
Cabe destacar que, en las noches, mientras dormimos, el cuerpo activa una serie de procesos de reparación que terminan siendo esenciales para mantener el corazón saludable. Se logra descansando, al menos, entre siete y ocho horas por día.