Un estudio del Instituto de Ciencias Weizmann descubrió que en un corazón averiado se pueden diferenciar dos tipos de cicatrices: las calientes y las frías. Cada una, requiere tratamiento exclusivo. Este avance puede conducir a nuevas terapias para prevenir enfermedades cardíacas.
Gracias al hallazgo se abre una nueva línea de investigación sobre la fibrosis, que es el desarrollo del tejido en respuesta a una lesión o envejecimiento en los órganos. Los especialista llegaron a la conclusión de que había que clasificar a las cicatrices según la presencia de dos tipos de células en el tejido cicatricial: fibroblastos productores de colágeno, que crean un andamiaje fibroso, y células inmunes llamadas macrófagos.
Actualmente no existe ningún tratamiento eficaz para las cicatrices cardíacas, por lo que prevenir o reducir la fibrosis es una necesidad médica apremiante.

Con fibrón en mano, Uri Alon y su equipo del Instituto Weizmann.
La cicatrización definida por la presencia de estas dos poblaciones celulares se denominó fibrosis caliente, en una referencia metafórica al calor y la inflamación que a menudo se asocian con una respuesta inmune. En cambio, otras cicatrices, llamadas fibrosis fría, contendrían miofibroblastos mantenidos pero casi ningún macrófago. Por lo tanto, el modelo sugirió que los dos tipos de fibrosis en el corazón están gobernados por diferentes mecanismos.
La lesión cardíaca crónica se caracteriza por fibrosis caliente, mientras que la lesión aguda, como un ataque cardíaco, conduce a fibrosis fría
“Hemos descubierto que la fibrosis cardíaca fría y caliente son dos enfermedades cardíacas distintas. Esto sugiere que el desarrollo de fármacos para estas enfermedades podría tener que seguir dos trayectorias diferentes”, comentó el profesor Uri Alon.

La fibrosis fría, a la izquierda, y la caliente, a la derecha (representada en color verde).
Y concluyó: “Espero que sirva de inspiración para nuevos estudios en la interfaz entre modelos matemáticos, biología básica y necesidades clínicas. Estudios futuros pueden comprobar si el concepto de fibrosis caliente y fría se aplica a la cicatrización de otros tejidos, incluidos los del pulmón, el riñón y el hígado, y a las cicatrices resultantes de una variedad de enfermedades, como el cáncer y quizás incluso el ictus”.