Son el símbolo de las transiciones del país y con el correr de los años, a lo largo de la historia argentina, fueron voces de lucha. Justamente, un día como hoy se sancionó la primera ley que amparó a uno de los sectores más amplios de la Argentina.
Durante la presidencia de Julio Argentino Roca se dispuso la creación de la Caja Nacional de Jubilaciones y Pensiones, que se constituyó como el primer instrumento que otorgó un ingreso a los trabajadores retirados de sus trabajos por edad avanzada. En un principio, beneficiaba a los trabajadores del estado y del sector ferrocarril, pero con los años se extendió a otros gremios y actividades como fueron los aeronáuticos, bancarios, obreros y periodistas, entre otros.
En 1954, durante el gobierno de Juan Domingo de Perón, el sistema jubilatorio se transformó. El mecanismo optó por una medida de reparto, la cual consistía en que tanto las empresas como los trabajadores realizarían aportes, los cuales serían destinados a las jubilaciones. Estos salarios serían abonados entonces, gracias a estas sumas y a otros fondos obtenidos mediante impuestos y el acceso definido del Tesoro Nacional.
Este modelo funcionó hasta 1994, cuando fue modificado por la reforma previsional de la administración de Carlos Menem. Esta dio lugar al Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones (SIJP), que permitía a las empresas privadas, llamadas Administradora de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP), gestionar los fondos provenientes de los aportes jubilatorios. En 2008, durante el gobierno de Cristina Kirchner, se sancionó la Ley 26. 425, que reestatizó estos fondos con la creación del Sistema Integrado Previsional Argentino, el cual funciona en la actualidad.
En nuestro país, la edad jubilatoria depende de la actividad, características del trabajo, años de carrera y género. Aquellas mujeres que hayan realizado sus aportes durante 30 años, podrán obtener su retiro hacia los 60 años de edad. Para los hombres, la situación se demora unos cinco años, siendo necesario alcanzar los 65 años.