Hablar de Roberto Goyeneche es hablar del tango, uno de los símbolos de Buenos Aires. Hoy se cumplen 99 años del nacimiento del “Polaco” (29/1/1926), considerado uno de los maestros y referentes del tango. Hombre de la noche, su barrio Saavedra y su club, Platense, encarnó al gen porteño.
Goyeneche supo hacer de todo. Manejó taxis, camiones y colectivos. Afinado en un registro barítono, se incorporó a la orquesta de Raúl Kaplún tras ganar un concurso y empezó a pisar fuerte en la formación de Horacio Salgán.

Goyeneche le puso la voz a la popular orquesta de Aníbal Troilo.
Será su traslado a la orquesta de Aníbal Troilo –nada menos que para reemplazar a Jorge Casal- lo que marca su inserción definitiva en el atento oído de los porteños. “Aprendí a cantar de chico, escuché mucho a Gardel por quien tengo una preferencia total y absoluta, porque él es el inventor del tango”, contó alguna vez.
Trabajó con Armando Pontier, Ernesto Baffa, Osvaldo Berlingieri y Raúl Garello, con quienes grabó temas emblemáticos como Sur o Como dos extraños. Debutó como actor en El derecho a la felicidad (1968), de Carlos Rinaldi, luego participó del musical El canto cuenta su historia (1976), de Fernando Ayala y Héctor Olivera, y, finalmente, tuvo un rol destacado en la película Sur (1987), de Pino Solanas.
En 1982, se unió al gran Astor Piazzolla para ofrecer un recital en el Teatro Regina, llamado Piazzolla-Goyeneche en vivo. Y grabó con intérpretes tan disímiles como Mercedes Sosa o Dyango. Pero también entabló un vínculo cercano con varias figuras del rock nacional, como Litto Nebbia, Fito Páez, Charly García y Andrés Calamaro.
El “Polaco” inspiró a Adriana Varela, quien grabó “Garganta con arena” en 1994, canción escrita por “Cacho” Castaña. Tenía 68 años cuando falleció ese año a raíz de una neumonía. Para entonces, el cantante ya era considerado uno de los cantores más emblemáticos del Río de la Plata, junto con Carlos Gardel, Julio Sosa y Edmundo Rivero.