La República Argentina está repleta de talentos de todo tipo y relacionados con todos los rubros y con todas las expresiones culturales y artísticas. Sin ningún tipo de dudas, uno de ellos es Rodrigo Siamarella, un talentoso cantautor que pertenece a la nueva camada de folkloristas que están dando que hablar.
Siamarella nació en San Martín, provincia de Buenos Aires, y comenzó su camino en el canto cuando tenía solamente 11 años de edad. Sin embargo, su crecimiento artístico se dio en la bella y pintoresca ciudad jujeña de Purmamarca, cuna de paisajes realmente envidiable con el Cerro de los Siete Colores como bandera.
Rodrigo es un trovador que, con guitarra en mano, lleva sus composiciones al mundo entero con un mensaje muy claro: «Para que se conecte con la vida». Su objetivo central es seguir los pasos del inolvidable Facundo Cabral, asesinado por sicarios en Guatemala allá por el 9 de julio de 2011, hace ya más de una década.
En ese contexto, su visión se ve reflejada en el estribillo de «Trovadores», una de sus canciones más representativas: «Somos trovadores cantándole al mundo. Nuestras esperanzas de un sentir profundo. Rogándole al hombre que no haga la guerra, que las soluciones no son con violencia». Más claro, imposible.
En el presente, Siamarella se encuentra en pleno proceso de grabación de su tercer disco en la ciudad estadounidense de Los Ángeles. El mismo contará con 10 canciones y se titulará «Treinta y tres». ¿La explicación de dicho nombre? «Porque es un número que se me aparece como señal de buen camino», argumentó.
Pero eso no es todo: paralelamente, este trovador está pergeñando un documental de tres capítulos sobre la mencionada ciudad de Purmamarca y su entorno. Ya la explicación es lógica: allí, Rodrigo supo ser muy bien recibido por los lugareños. «Encontré allí mi lugar en el mundo», reconoció quien también supo recorrer su camino en países como Bolivia, Perú, Ecuador y Chile.
Resulta que Fabricio supo hacer un tour de 5.000 kilómetros en bicicleta desplegando su talento y Purmamarca fue el lugar donde más cobijado se sintió: «Recibimos mucho cariño, tanto en la ida como en la vuelta. Nos sacamos muchos prejuicios y pudimos sustentarnos con la música porque la gente fue generosa y hasta nos invitó a quedarnos en las casas», explicó.
Posteriormente, Siamarella grabó dos discos: «De la mano» y «Resuena». Estos poseen géneros como zamba, chacarera, bailecito, huayno, huella y chamarrita. Y concluyó con un deseo para el futuro: «Me gustaría que más gente se conecte con la música en profundidad y con más atención. Hay muchas personas que hacen y lo viven como un ritual, pero me gustaría generar más encuentros de este tipo».