Se perdió en la ciudad y se encontró con su antepasado

Andrea viajó a Buenos Aires desde Jujuy por una convención sobre los pueblos originarios y se extravió en la city. Pero encontró un taxi y terminó reconociendo a su tío abuelo.

Por Jonatan Pedernera

Oct 10, 2023

La maestra rural vivió un instante cargado de emoción y alegría en la vorágine de la city porteña. De hecho, no se halló durante un largo rato y luego de dejar pasar cuatro taxis, se subió a uno y se llevó una grata sorpresa…

“Caminaba por Plaza Lavalle, el lugar en el que permanecían los representantes del Tercer Malón por la Paz, y me perdí. Me dio un poco de miedo porque estaba sola, así que intenté frenar un taxi para volver a sentirme segura y llegar bien” contó Andrea.

Pero la realidad es que los autos pasaron repletos, por eso pensó en utilizar la app, pero como si fuese una señal, apareció uno libre: “Ese paró. Me subí, saludé al chofer y él se dio vuelta para hacer lo mismo y preguntarme dónde iba. Al verlo, observé su rostro y noté la misma mirada de mi abuela. Era igual. Ahí me acordé que ella me había contado que tenía un hermano taxista, pero imaginé que tanta coincidencia no podía ser”, expresó.

Tal para cual. Andrea con su abuela y su tío abuelo.

La mujer de 33 años. que es maestra rural y viajó para formar parte de un encuentro en apoyo a los pueblos originarios, miró la identificación del conductor y notó que tenía el mismo apellido que el de su abuela Delia, por eso rompió el hielo: “La nombré a ella y le mencioné a mis tíos. Efectivamente era él, mi tío abuelo llevándome en un taxi de casualidad. Ninguno de los dos podía creerlo”.

Luego del viaje, ambos se sacaron una foto y ella llamó a su abuela para contarle lo sucedido: “Lloró de emoción, estaba muy feliz. Ellos se criaron en Corrientes y después mi abuela, cuando conoció a mi abuelo, se fue a vivir a Jujuy. En cambio su hermano, Alfredo, se mudó a Buenos Aires”.

Andrea junto a su abuela Delia, quien se estremeció ante la buena noticia de su nieta.

La maestra resumió: “Me subí a un auto manejado por el hermano de mi abuela en una ciudad enorme. Para mí fue más que una coincidencia. Fue un momento único e inolvidable”.

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