Uno de los símbolos de Recoleta volverá a lucir resonante, como en las mejores épocas. Es que tras varios años de deterioro por el incumplimiento de la empresa que había ganado la licitación para llevar adelante el plan de reformas, las obras retomaron se curso y se espera una gran reinauguración para diciembre.
Se retocarán pisos, luminarias y murales. Las autoridades nacionales siguieron de cerca las nuevas tareas. La idea es dejar de lado la postal del establecimiento copado por pastizales y con las fachadas características rotas.
Cabe recordar que el edificio es considerado Monumento Histórico Nacional desde 2004. Por ahora, se siguen realizando todos los relevamientos de los cimientos y los trabajadores arrancaron a picar el material flojo.
El espacio se inauguró originalmente el 14 de julio de 1910 como pista de patinaje sobre hielo y luego de baile, en sintonía con los festejos por el Centenario. En 2017 fue cerrado para iniciar el proceso de puesta en valor, pero la empresa elegida incumplió la tarea y el contrato fue dado de baja. Desde entonces, el Palais cayó en un estado de abandono preocupante. En julio del año pasado, un grupo de artistas plásticos auto convocados visibilizó lo que estaba pasando a partir de una manifestación. El reclamo era en contra de un proyecto de ley que pretendía transformar al palacio en un museo en homenaje a Carlos Gardel.
Ahí mismo se levantó una sala de tango, fue el Museo de Bellas Artes y funcionó Canal 7. Aquí en este edificio están los ecos de nuestra memoria, de la memoria de nuestros artistas, de la memoria de nuestra historia como ciudad, como país y lo que hacemos nosotros en esa memoria es proyectar futuro sumando derechos y la participación de los distintos artistas», dijo el ministro de Cultura de la Nación Tristán Bauer.
Durante estos meses, se desarrollaron refuerzos estructurales y tratamientos en las costillas de hierro y una revisión de todos sus componentes. Además, se realizó un cambio en la instalación eléctrica, se incorporó un nuevo sistema de aire acondicionado y también se renovó la luminaria. Los interiores de esta joya arquitectónica tuvieron cambios en el espacio del auditorio, la biblioteca, sus murales, hogares y los elementos ornamentales de yeso que lo caracterizaban. Ahora los elementos decorativos yacen en una mesa y esperan ser devueltos a las paredes.