“Ellos ya son una familia, nosotros deseamos con toda nuestra fuerza poder sumarnos”. Las palabras retumban en el Juzgado de Familia, Niñez y Adolescencia N°4 de Corrientes. Como un lugar de burocracia, espera y trámites se pudo convertir con tan solo una frase en un refugio de esperanza, amor y familia. La historia de los seis hermanitos que tienen entre dos y diez años y no querían separarse trascendió todos los límites geográficos y desbordó de amor a las más de 30 familias que se anotaron para ser parte de este viaje con final feliz. Tras la convocatoria pública, abierta y nacional de adopción que llevó a cabo la jueza Carolina Macarrein desde el mes de julio y que tuvo una trascendencia inusitada, la pareja de Elisa (47) y Eliana (36) obtuvo la guarda pre adoptiva este viernes después de sortear todos los trámites y un proceso de vinculación de una semana. Una historia llena de amor y convicción.
El año pasado la jueza Macarrein tomó contacto con la historia de estos seis hermanitos que se encontraban en total estado de abandono en el barrio Río Paraná, un asentamiento que se encuentra cerca del cementerio de la capital correntina y a metros del río. Sus padres biológicos, ambos con problemas graves de adicción, manifestaron la decisión de no quererlos más. Tras una búsqueda fallida entre familiares y conocidos para encontrar el recibimiento y la contención que necesitaban, los chicos recalaron en dos hogares de niños en la capital de Corrientes. «Fui a los hogares, hablé con ellos y los más grandes me dijeron que no querían separarse. Fue entonces que lanzamos la convocatoria nacional para encontrarles un hogar. Era importante conservar la fraternidad entre hermanos que siempre estuvieron juntos», precisó la jueza Carolina Macarrein.
Elisa y Eliana
Entre las más de 35 familias inscriptas, las elegidas fueron Elisa y Eliana. Dos mujeres que se conocen hace más de 20 años, se casaron en España en el 2010 y decidieron volver al país en el 2015 a su ciudad, Luis Palacios (Santa Fe), una localidad de 1.000 habitantes. Ambas son propietarias de dos peluquerías en la zona y, además, Eliana trabaja como soldadora en una fábrica de aluminio que es una de las más grandes del país. “Eliana hace todo sin consultar, pero esta fue la mejor decisión del mundo”, comenzó a relatar Elisa esta historia de vida. “Hace tiempo que barajábamos la idea de adoptar, y mirábamos convocatorias, entonces ese día me inscribí al instante”, explicó Eliana. “Todo fue un camino para que los chicos sean parte de nuestra familia. Construimos una casa amplia y todo el mundo nos preguntaba por qué. Hoy sabemos que era para que ellos puedan vivir con nosotras”, concluyeron al unísono las dos. En septiembre tuvieron entrevistas con la jueza y el equipo interdisciplinario del Poder Judicial a través de videollamadas y solo les quedaba esperar y conservar la fe. La emoción fue total cuando llegó el llamado desde el Juzgado: debían viajar a Corrientes y empezar con el proceso de vinculación con los chicos. El sueño de a poco se hacía realidad.
Solo cinco días bastaron para que el amor entre los niños y la pareja fluyera de manera natural. «Camila (3 años) es la que más carácter tiene, Jeremías (4) es el más simpático y muy cariñoso a diferencia de Cristian (5) que parece que será el que más trabajo nos dará”, dijeron emocionadas. Y siguieron: “Noelia, si bien tiene 6 años juega mucho todavía con los más pequeños, y Ale (8) es curiosa y entusiasta. La más grande, Juliana (10) es como una mamá para sus hermanos. Es protectora y cuidadosa”. El proceso de acercamiento constó en dos visitas: al hogar Tía Amanda, donde se encontraban los tres más chicos y al día siguiente, la llegada al otro hogar de los más grandes. Superadas todas las expectativas
Un final feliz
Este sábado se convirtió en un día inolvidable para todos. Desde aquella convocatoria que se viralizó hasta la llegada de los seis hermanitos a su nuevo hogar pasó de todo: dos historias que se cruzaron, nervios, intrigas, expectativas, paciencia y, por sobre todo, mucho amor. Todo eso contuvo la firma de la guarda pre adoptiva al matrimonio. Mientras se realizará un seguimiento de siete meses del caso en el que se monitoreará la adaptación al entorno antes de otorgarles la adopción plena. Una revolución de amor donde triunfó las ganas de los hermanitos por seguir juntos, y el amor de las dos nuevas madres para querer ser parte de ellos.