Conocí a Mario Massaccesi estudiando coaching y lo acompañé como coach en su proceso de certificación. Patricia Daleiro era nuestra docente. Esos años de aprendizaje y autoconocimiento les abrió la posibilidad a ellos de escribir libros, realizar talleres y obras de teatro para que muchas personas logren “soltar para ser feliz”.
En su libro dice que “la liviandad de los otros nos hace sentir más livianos a nosotros”. A mi criterio, eso coincide con una parte de lo que quiere transmitir ADN+. Por eso le pedí de tener esta conversación donde le contara a los lectores sobre su aporte a la sociedad desde su rol de periodista, coach, conductor de televisión y radio.
-¿Qué significa el coaching en tu vida personal y profesional?
-Un cambio fundamental en mi vida que no esperaba. Me sirvió no solo para sumar conocimientos sino para darme cuenta de que mucho de lo que el coaching propone ya lo había aplicado -de manera instintiva- en mi vida. Por lo tanto pude ponerle fundamentos a muchas decisiones que había tomado en distintos momentos para restaurarme, para salir de algunos infiernos, para mirar más compasivamente los momentos de sombras y sobre todo para darme cuenta que el poder de decidir está en cada uno de nosotros.
-¿En todo?
-Quizá no habría que generalizar para no crear falsas expectativas y frustrarnos, pero hay pequeñas decisiones que podemos tomar y que generan grandes cambios en nuestra vida y en las de los demás porque no estamos solos en este planeta. La mirada del coaching aportó -en mi caso- un alivio muy grande al despertar que la gran tarea con mi pasado ya la había hecho.
-¿Qué aporte le hacen tus libros y talleres a la sociedad?
-Me parece que ambos libros, «Soltar para Ser Feliz» y «Saltar al Buen Vivir», aportan el valor de ponerle signos de preguntas a muchas de nuestras creencias. Replantearnos algunas cuestiones en forma de duda ya no deja estancos en un solo lugar pretendiendo tener la razón todo el tiempo. Ayer me encontré con una señora en la Feria del Libro que me pidió un abrazo porque hacía una semana había muerto su mamá y por supuesto estaba muy conmovida. Se apoyó sobre mi hombro y lloró un ratito para luego decirme: «Ahora me queda mi papá». Enseguida le respondí: “Y vos, ¿no te tenés?”. Me miró fijo y me dijo que nunca lo había pensado. Acto seguido se fue a caminar sola con el hermoso sol de la tarde de otoño. A qué viene esto: muchas veces creemos que tenemos que estar a disposición de los demás a tiempo completo sin darnos el espacio que nos merecemos. Ponerle una pregunta a sus certezas hizo que esta señora pudiera dedicarse un tiempo a ella misma para disfrutar.
-Según tu experiencia como periodista y conductor, ¿cómo describís la comunicación de los medios en la actualidad?
-Hay cosas que me gustan y otras no tanto y que trato de cambiar desde adentro. Muchas veces me cuestioné si a partir de mi certificación como coach ontológico tenía que seguir o salir de los medios. Por ahora la respuesta es que el verdadero desafío está en seguir trabajando y contribuir a pequeños cambios desde adentro. No me gusta el exceso de opinión que se ve en muchos programas. Por supuesto que la opinión aporta miradas que nos habilitan a revisar nuestras creencias, pero hay que evitar ciertos excesos; y es algo que me cuestiono sobre mí mismo. Otra cosa que no me gusta son los graphs que siempre aluden a términos bélicos: «Tiró la bomba», «Fulminó», «Se declaró la guerra entre…», «Tiró munición gruesa», «Se mataron». Creo que hay situaciones que pueden mencionarse de otras maneras.
-¿Qué hacés vos desde tu rol para comunicar positivamente?
-Alguien me dijo alguna vez en un programa y también me lo dicen por la calle que soy «la cara amable de las noticias». Es en general el comentario que recibo de mucha gente, o sea del público. Y me gusta esta mirada. Creo que el gran aporte desde mi humilde lugar es que no estoy todo el tiempo enojado y solo me enojo con algunas cuestiones puntuales que son inaceptables como la inseguridad, la pobreza, la desocupación, el gatillo fácil. Yo sigo creyendo que no todo está perdido, que tenemos un país maravilloso, que nuestra gente tiene muchas ganas de que de una vez por todas salgamos adelante. Por eso me gusta mucho viajar, como periodista y como coach, porque puedo ver todo tipo de realidades sin que me las cuenten. Amo la gente, me gusta conocer y declararme ignorante todo el tiempo.