Azul Castelló nació en la provincia de Santa Fe, en un hogar plagado de música. De todas maneras, ni bien terminó la secundaria en el Colegio Sagrada Familia, tomó la determinación de inscribirse en la carrera universitaria de abogacía.
En sus primeros pasos, Azul demostró una enorme capacidad, aprobando exámenes con bastante facilidad. Sin embargo, allí se dio cuenta de que su verdadera vocación pasaba por otro lado y abandonó los estudios para dedicarse al canto.
«Abogacía fue la elegida porque me gustaba. Llegué a meter seis o siete materias en poco tiempo. De todos modos, un día llegué a casa y me senté en la habitación preguntándome si realmente iba a dedicarme a eso», comenzó narrando al respecto.
«Me di cuenta de que no, entonces, ¿para qué seguir? Mejor, me dedico a la música. Soy una amante de la música. No me veo en otra cosa que no sea cantar», le confió «Azul», tal como refleja su nombre artístico, a ADN+.
«Estoy dedicada ciento por ciento a la música. Estudio canto en forma online, compongo canciones y me involucro en todos los detalles de mi banda», quien, paralelamente, también refleja su día a día a través de las redes sociales.
«Azul», ascendente cantante de cumbia, siempre se apoyó en los consejos de su padre, Marcos Castelló, cantante, músico y líder de la banda Kaniche. Sin embargo, a su carrera le fue agregando su tinte personal y también su estilo: «Mi papá nunca me obligó a que sea cantante, me dediqué por propia iniciativa».
Azul subió a un escenario por primera vez a los 11 años, de la mano de su padre, en medio de un concierto en el Centro Cultural ATE Casa España. «Ese día canté una canción de la cantautora chilena Miriam Hernández. Apenas bajé me di cuenta de que la música era mi destino», señaló.
«Gracias a Dios, formo parte de una familia que me ha bancado mucho. Tener a mi papá en el mismo ambiente me ha ayudado un montón. Por él, se me han abierto puertas que tal vez me hubiesen costado más. Cada ayuda de un padre es bien recibida», indicó con respecto a su progenitor.
Lógicamente, como toda artista, Castelló tiene objetivos claros como cantar en el Luna Park o en el Gran Rex: «Mi sueño más grande es poder vivir de lo que mano. Mi padre siempre me dice: ‘El que ama de lo que trabaja, deja de trabajar'».