Si hablamos de Guillermo Villa hacemos mención a un trabajador ferroviario oriundo del barrio porteño de Flores que se desempeña en dicha tarea desde 2014. Sin embargo, paralelamente se destaca como un verdadero artista de la fotografía.
«Empecé a ser trabajador del ferrocarril como peón de cuadrilla, en 2014. Mi base es Retiro, trabajo en el Mitre. Fui haciendo cursos, tecnicaturas y ahora manejo las máquinas que mantienen la infraestructura por las noches», comenzó señalando Villa.
«Conduzco un tren de mantenimiento, sin pasajeros. Yo llevo herramientas u operarios», profundizó al respecto el hombre de 39 años de edad. Lo hizo en declaraciones brindadas a Infobae, compartiendo todos los detalles de sus tareas laborales.
De todos modos, al mismo tiempo, Guillermo maravilla a propios y extraños con la fotografía. Inclusive, es uno de los once artistas profesionales o amateurs que exponen sus obras en la muestra denominada «Instantáneas en el Subte. Un viejo entre el día y la noche».
Esta muestra es organizada por Emova, la empresa encargada de la concesión del subte en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Por ello, el foco de la fotografía de Guillermo pasa en la actualidad, principalmente, por las fotografías relacionadas con este medio de transporte.
«Desde acá tomábamos el tren con mi mamá para ir a visitar a nuestra familia en Santiago del Estero, era un viaje de 14 ó 16 horas. Yo era chiquito y miraba todos los detalles de la estación, y después viajaba alucinado en el tren. Creo que ahí empezó eso de que me gusten tanto, y después arranqué con las fotos en lo que tenía más cerca de mi casa, el premetro», indicó.
«Yo estoy acostumbrado a los trenes, sobre todo. Mis compañeros del ferrocarril a veces me miran raro cuando aparezco con la cámara, ‘¿qué hacés con eso?’, me preguntan las veces que vengo con todo el equipo, el trípode, todo. Es que ni los pasajeros que van y vienen por la estación ni los trabajadores que están todos los días en el tren se toman el tiempo para ver los detalles que hay para mirar alrededor del tren», profundizó.
«Yo ya había participado de concursos organizados por el Museo Ferroviario, el sindicato y Trenes Argentinos y los gané. La oportunidad de fotografiar el subte era novedosa y además, aunque parezca parecido, tiene muchas diferencias con el tren», completó al respecto.