El ser humano sorprende día tras día con emprendimientos realmente llamativos que hablar a las claras de la capacidad que existe para ganarse la vida y tener un éxito rotundo. Y, como no podía ser de otra manera, los ciudadanos argentinos no solamente no son una excepción a la regla sino que casi siempre dan al nota.
Sin ir más lejos, Louise Rhodes y Martín Wilson son dos emprendedores argentinos e hijos de ingleses que le dieron marcha a un proyecto muy particular que prácticamente nadie tenía en los planes. ¿De qué se trata? Convertir casas inglesas de pastores de ovejas y terminar vendiéndolas por miles de dólares. Impresionante.
Rhodes y Wilson se lanzaron a fabrigar las «shepherd’s huts», o lisa y llanamente las casas de pastores. Estas fueron construidas en el Reino Unido hace muchísimo tiempo pera generar un alojamiento práctico, duradero y confortable pero hoy se venden o alquilan en Maldonado, Uruguay -cerca de Mantantiales, en la ruta 104-.
El objetivo de esta comercialización es ofrecer las viviendas transformadas para alojamientos turísticos y otros fines, proyectando de esta forma una experiencia viva, original y con mucha historia bajo su techo. Como no podía ser de otra manera teniendo en cuenta todos estos factores, ya son un claro éxito.
Así son las casas por dentro.
Las casas de pastores funcionaban como regugio en los campos y facilitaban el cuidado del rebaño. Los animales se alimentaban de hierba y luego se trasladaban, junto con sus dueños y los perros, impulsados por caballos, hacia otros terrenos crecidos. Sí, una auténtica vivienda sobre ruedas en las tierras bajas del sur inglés.
Inclusive, estas casas contaban con tanta resitencia que también solían utilizarse en terrenos pantanosos, rocosos o en áreas montañosas como por ejemplo de Escocia, Gales o Moreland. Allí se solían dejar fijas como un puesto, lo que sirve como una prueba irrefutable de la confiabilidad que generaban.
«Existen registros del siglo XVI que mencionan estas cabañas portables y movibles usadas por pastores de ovjeas. Ya en la era victoriana se empezaron a fabricar comercialmente. Pasado el tiempo, en la década de 1950, surgió la construcción de galpoens que permitían guardar las ovejas sin necesidad de trasladarse en casas de pastores», indicó Wilson al respecto en diálogo con La Nación.