Andrés Oppenheimer, periodista y escritor argentino, publicó recientemente un libro sobre las nuevas estrategias de países, empresas y personas en la búsqueda de la felicidad. Allí explica cómo ésta se fue transformando en un tema de estudio científico y da pruebas contundentes de cómo el bienestar impacta en la satisfacción de vida de la gente. Hay datos concretos que demuestran que los individuos optimistas o con energía positiva viven más años que los pesimistas, tienen mejores relaciones y obtienen más éxito en sus trabajos. Por eso hay políticos, empresarios y hasta padres de familia concentrados en generar un espacio de comodidad y alegría para las personas que los rodean.
Ha cambiado esa idea que traíamos desde siempre que decía que el éxito es la llave de la felicidad. Con el tiempo se descubrió que es al revés: la felicidad es la llave del éxito. Las personas que encaran la vida con alegría y con una visión positiva tienen más posibilidades de conseguir resultados que las que tienen una mirada negativa. En el libro de Oppenheimer se relata una historia conocida sobre el caso de dos vendedores de zapatos que fueron enviados a Africa alrededor del año 1900. Uno de ellos llegó y a la semana mandó un telegrama a su jefe que decía: «Malas noticias. La gente acá no usa zapatos». El otro vendedor mandó un telegrama al mismo jefe en el que afirmaba esto: «Buenísimas noticias. Acá tenemos una oprtunidad enorme. La gente todavía no usa zapatos». Ante una misma situación, ambos habían sacado conclusiones completamente distintas. Y esto lo vemos a diario en nuestra vida con personas que conocemos y también con extraños.
Estos mensajes que transmite este maravilloso libro (se titula «¡Cómo salir del pozo», nombre que quiza no coincida tanto con su naturaleza positiva) son los que nos llevaron a crear ADN+ en este 2023 que se termina. Nosotros estamos convencidos de que las noticias no son buenas ni malas. Son solo noticias. Y que la sensación que genera tiene que ver con el foco que le da el periodista que la cuenta y en la percepción de la persona que la recibe. Por eso nosotros tomamos la decisión de publicar únicamente artículos que pudieran impactar positivamente en la gente y, en caso de que sea una noticia que inevitablemente haya que dar para mantener informados a nuestros lectores, contarla con la mayor objetividad posible. ¿Para que adjetivar si el público puede hacerlo por sí mismo?
Nuestro propósito es demasiado grande. El proyecto de ADN+ tiene una dimensión que va más allá de ser un simple medio de comunicación. Nosotros estamos convencidos de que, si logramos afectar positivamente en el estado de ánimo de la gente, eso hará que ésta pueda obtener mejores resultados en su vida personal y profesional. Porque las personas positivas atraen a personas de esa misma naturaleza y a situaciones que extienden ese sentimiento. Así lo entendemos todos los integrantes desde el primer día y esa filosofía intentamos transmitirla en cada nota y en cada columna que ustedes leen en el portal. Y la cantidad de lectores y de empresas que se han sumado para acompañarnos en este camino nos han hecho sentir tan bien que nos impulsan a seguir creciendo cada día.
Hay escuelas y universidades de distintos países que ya han incorporado a las ciencias de la felicidad dentro de sus planes de estudio. Y hay empresas multinacionales conocidas que cuentan con «directores de felicidad» o «directores de bienestar». Una de las claves para conseguir satisfacción en los ámbitos de trabajo y en la vida es aceptar los fracasos o las frustaciones. En realidad se podrían llamar lecciones o aprendizajes que recibimos para convertirnos en mejores personas y profesionales. El secreto es no darnos por vencidos por esos malos resultados sino transformarlos en un trampolín para llegar a nuestra meta.
En las escuelas donde se les enseña a los chicos a lidiar con los reveses de la vida se les pone ejemplo concretos de tolerancia al fracaso. Y ahí aparecen los casos de Thomas Alva Edison, quien antes de convertirse en uno de los inventores más grandes del mundo (por la lamparita eléctrica) había fallado en más de 1.000 ideas. Otro ejemplo es el de Michael Jordan, el basquetbolista más grande de todos los tiempos, que se ocupa de contar él mismo que falló más de 9.000 tiros y perdió más de 300 partidos para convertirse en la figura que fue. Y nosotros los argentinos tenemos un caso tan cercano como el de Lionel Messi, quien debió sobreponerse a la pérdida de cuatro finales y a cientos de días tristes y plagados de críticas para poder alcanzar su preciado sueño de ser campeón del mundo. Y su felicidad se contagió a los habitantes de la Argentina y a los de casi todo el mundo.
Ese mismo efecto contagio es el que queremos generar nosotros en nuestros seguidores. El tiempo dirá hasta dónde llegaremos. Hoy solo estamos ocupados en el tiempo presente y en seguir dando buena noticias. Y no es nostálgico sino algo que quedará en nuestros corazones para siempre como agradecimiento a este 2023: el año en que nació ADN+.