La historia de Mariano Balbarrey está ligada a la cerveza desde hace años. Creció a pocas cuadras de una cervecería ubicada en el centro de la ciudad de santa Fe y desde muy joven se dedicó a producir la bebida en su casa. Años más tarde, estudió ingeniería industrial y con esos conocimientos perfeccionó su receta. A los 25 años, ingresó al Máster en Ciencias Cerveceras en California y pudo conocer a los mejores investigadores de la materia. Ahora, con 30 años, será jurado en el Campeoanto Mundial de Cerveza Artesanal.
La Copa del Mundo se disputará desde el 20 de abril hasta el 10 de mayo. Mariano será uno de los tantos jurados de todo el mundo que se concentrarán en Denver, Colorado. Durante 20 días, probarán diferentes tipos de cervezas artesanales (“craft”) y decidirán cuáles son las marcas ganadoras en cada estilo. La final será en Nashville, Tennesse.
Si bien Mariano es joven y apasionado por lo que hace e investiga, el camino para convertirse en jurado fue arduo. “Para ser convocado tenés que tener, entre otras cosas, tres recomendaciones de personas reconocidas en el mundo de la producción y la investigación de la cerveza”, destacó en diálogo con TN. Y “ese mundo de la cerveza” está lejos de la Argentina, incluso de Europa, donde nació la bebida.
Mariano dice que si bien los países europeos como Alemania o Irlanda tienen la historia y la tradición, en Estados Unidos se concentraron las investigaciones y los desarrollos productivos, químicos y científicos de la cerveza. Por eso, es allí donde se encuentran los profesores o investigadores más reconocidos en la materia.
Cómo es la Copa del Mundo de la Cerveza
Este año tuvo lugar un logro más en la carrera de Mariano en el mundo cervecero. El joven santafesino fue convocado para ser jurado en una de las competencias más importantes. “Este torneo es solo para cervezas artesanales”, explicó el argentino e hizo una advertencia: “Se las llama artesanales, pero su producción no tiene nada que ver con maneras fuera de lo industrial porque varias son fábricas enormes que distribuyen por todo el mundo. Es mejor asociar lo artesanal con su surgimiento porque estas empresas pertenecen a familias”, indicó.
No es la primera vez que Mariano es jurado de una competencia internacional, pero sí de una de tal magnitud. “En esta oportunidad se eligen los mejores ejemplares de cada estilo”, destacó y recordó que el año pasado en una categoría ganó Astor Birra, una cerveza de La Plata que recomendó probar. “En general es muy complejo que ganen empresas de otros países porque tienen que mandar ejemplares y para las cervezas que tienen que estar más frescas es una barrera el tiempo que tardan en llegar”, señaló.
Para el argentino hay varias cosas que se tienen en cuenta a la hora de evaluar una cerveza, incluso los jueces tienen la obligación de prestar atención y evaluar distintos elementos. La apariencia de la cerveza es muy importante y tiene que ver con el perfil, el aroma, el color, la espuma, la sensación en la boca. Pero hay algo que el ingeniero santafesino destaca: la tomabilidad. “Para cada estilo hay diferentes parámetros, pero para mí es clave evaluar cuánto se puede tomar de cada cerveza”, explicó y añadió que “por supuesto hay algunas que son para tomar poco”.
En esa línea, dio algunas recomendaciones. “En Santa Fe, al lado del río, pescando y con más de 30 grados, una cerveza rubia y liviana como Czech Lager o Light Lager es una buena elección”, indicó. Sin embargo, en algún acontecimiento o evento importante, prefiere una Lambic o Gueuze, ambas elaboradas en Bélgica.