Walter Benítez debutó como futbolista profesional hace una década. Más precisamente en el año 2014, defendiendo la portería de Quilmes. Casi de inmediato, el nacido en San Martín, provincia de Chaco, llamó la atención de propios y extraños apoyado en sus muy buenas actuaciones, esas que disfrutaron los hinchas del «Cervecero».
Como consecuencia de ello, Benítez fue tentado por pesos pesados del ámbito doméstico como Boca Juniors e Independiente. Sin embargo, terminó iniciando su aventura en el continente europeo. Es que Niza, equipo de la Ligue 1 de Francia, confió en sus servicios y lo terminó fichando cuando transcurría el año 2016.
Ya en Niza, Benítez se consolidó como un arquero de suma jerarquía. Inclusive, en aquel entonces, Didier Deschamps intentó convencerlo para que represente al seleccionado francés. Sin embargo, el corpulento arquero tomó la determinación de bajar el pulgar esperando una oportunidad en la Albiceleste.
Por otra parte, debido a sus raíces, Benítez también tuvo la chance de jugar para Paraguay, pero volvió a decir que no. Su sueño era representar a Argentina, por lo que se armó de paciencia hasta que le terminó llegando su primera convocatoria, ya de la mano de Lionel Scaloni. Y allí estalló de alegría.
«Atajar en la Selección Argentina sería el cielo: es mi objetivo persona y profesional», había dicho Benítez en 2020, antes de su primera convocatoria para Argentina. De todos modos, tuvo que esperar hasta 2023 para recibir ese postergado llamado. Sí, ya representando al PSV Eindhoven de los Países Bajos.
Pero claro, tras su primera convocatoria, Benítez tuvo que esperar para poder debutar con la Selección Argentina. Se colocó detrás de figuras del calibre de Emiliano Martínez, Franco Armani y compañía. Sin embargo, la oportunidad terminó llegando en el marco de un amistoso FIFA internacional de la Albiceleste.
Este martes, Scaloni, entrenador de la Selección Argentina, tomó la decisión de colocar al ya experimentado portero de 31 años de edad como titular en el amistoso contra Costa Rica en el estadio United Airlines Field at the Memorial Coliseum de la ciudad de Los Ángeles, en territorio estadounidense. Más que merecido.