Diseñaron un androide que presenta «nuevas emociones»

El robot fue desarrollado con mil neuronas simuladas y aseguran que es capaz de experimentar cierta autoconsciencia.

Por Gabriel Casazza

Dic 16, 2024

Los avances tecnológicos son cada vez más contundentes, sorprendentes y asombrosos, a tal punto que, inclusive, llegan a asustar a unos cuantos. Y una nueva demostración de ello tuvo lugar en las últimas horas.

Es que acaban de diseñar un androide que combina maquinaria de punta y piel protésica, el cual fue denominado «Alter 3». Este robot fue desarrollado con mil neuronas simuladas y aseguran que es capaz de experimentar cierta autoconsciencia.

Sin ir más lejos, este nuevo androide hasta levanta los brazos y guía a una orquesta, siendo el protagonista de «Scary Beauty», una ópera compuesta por el músico japonés Keiichiro Shibuya. La misma explora los límites emocionales entre humanos y robots.

En ese contexto, el maestro androide, impulsado por la mencionada red de neuronas simuladas y 43 ejes de movimiento, no solamente dirige la orquesta sino también canta. Se trata de una voz sintética que impacta a todos.

«La gente quedó profundamente impresionada por la expresión emocional que emanaba de una máquina. Algunas personas incluso lloraron», exteriorizó al respecto Takashi Ikegami, profesor de la Universidad de Tokio e investigador principal del proyecto.

En diálogo con Infobae, el propio Ikegami indicó que «Alter 3» no se limita a imitar emociones humanas sino que, además, sus movimientos están diseñados para incluir fluctuaciones espontáneas generadas por circuitos neuronales artificiales.

De hecho, el científico describe estas fluctuaciones como «nuevas emociones». «Él crea cosas para sí mismo. En otras palabras, exhibe una forma de «autoconciencia». Para comprobarlo, realizamos un experimento para determinar si podía reconocer su propia mano. Utilizando sensores visuales, sensores interoceptivos y memoria de corto plazo, el androide intentó llegar a esa conclusión a través de un proceso espontáneo de «ensayo y error», doblando y estirando sus dedos repetidamente para considerar si la mano era suya o no. Así medimos su confianza en esta disyuntiva y la precisión de sus decisiones», completó.

Gabriel Casazza

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