Por iniciativa del Centro de Investigaciones del Bosque Atlántico, que está conformado por integrantes del Conicet y la Universidad de Misiones, ya se dio el puntapié al plan de conservación del Yaguareté. Según los investigadores argentinos y brasileros, hay menos de 100 yaguaretés en la selva misionera y los parques del país vecino.
“Los grandes depredadores tienen un rol clave en los ecosistemas. Entre otras cosas, porque ejercen un efecto regulatorio en las poblaciones de sus presas y de depredadores medianos. Si no están, se produce un desbalance que dispara un montón de efectos en cascada”, explicó Agustín Paviolo, coordinador del Proyecto Yaguareté.
El equipo de investigación nació en 2002. Está conformado por biólogos, comunicadores, guardaparques y fotógrafos. Sus acciones se extienden por toda la selva misionera, la región chaqueña y los esteros del Iberá. Ahí realizan un monitoreo periódico de las poblaciones, evalúan las amenazas (en este caso, la caza ilegal y el desmonte) y elaboran estrategias de conservación del hábitat para llevar a cabo campañas de educación ambiental.
¿Cómo se los localiza?
Los equipos fotográficos focalizan en las 580.000 hectáreas de una manera especial. Se activan con sensores de temperatura, entonces, cuando un animal de sangre caliente pasa toma una foto o capta un video. Después, comienza el duro trabajo de la edición, donde se individualiza a cada animal por el patrón de manchas y el pelaje.
El primer monitoreo, en 2005, arrojó una población de 40 yaguaretés. Gracias a las tareas de conservación, el número fue aumentando y al año siguiente se registraros 90 ejemplares. La idea es preservar a los animales y dar a conocer la importancia que tienen en el ecosistema.