Aprovechar las maravillas naturales que le proveen la región en la que vive y usarlas para realizar deliciosos platos patagónicos. Eso es lo que hace Carola Puracchio, una mujer argentina que tiene un restaurante en Camarones, Chubut, donde prepara comidas con algas invasoras.
Según reveló en una entrevista con El País, su padre tenía un local gastronómico en el pueblo, pero eso no hizo que quiera seguir el mismo camino. Sin embargo, tuvo la oportunidad de hacer un curso en Patagonia Azul, un proyecto creado por la Fundación Rewilding Argentina para restaurar los ecosistemas del mar nacional. Allí, además de aprender a trabajar con algas, se enamoró por completo del arte culinario.
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«Me gusta mucho seguir el paso a paso de todo el proceso. Ir a buscar las algas, tocarlas, enjuagarlas bien y limpiarlas. A la undaria, por ejemplo, le doy una pequeña cocción porque así cambia el color del marrón al verdoso y un poco la textura. Es una cuestión de hacerla más agradable a la vista porque todos somos muy visuales cuando comemos. Pero tranquilamente podés agarrarla del mar y comerla directamente«, explicó.
Además de innovar en los platos argentinos, Carola le aporta beneficios más que importantes a los ciudadanos y al pueblo. Al sacar las algas del mar, remueve especies que afectan al ecosistema chubutense y las suma en la alimentación de los comensales. De esta manera, limpia el sector marítimo y aporta nutrientes fundamentales en la humanidad.
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Sin dudas, el organismo que más se ve afectado con esto es el wakame, una especie originaria de Asia que perjudica constantemente a las costas de la Patagonia desde la década del 90. No solo se posicionó como una alga dominante en el país, sino que también influyó desfavorablemente en los peces que habitan estas tierras.
Ante este panorama, es una gran noticia para la Argentina que existan personas con ganas de trabajar con estas plantes. Por supuesto, sea buena o mala para el océano, cada alga lleva una preparación especial para que sea rica y comestible: «Son como las verduras. Podés darles el uso que quieras. Yo hago salsas, una especie de ketchup, las muelo y mezclo con harinas. También hago pastas«, comentó la chef.
