Compañeros de juego

Los competidores representan oportunidades para crecer. Observar a otras empresas sirve para aprender de sus aciertos o no repetir sus errores.

Por Cyntia Mingrone

Ago 8, 2023

Muchas veces vemos a nuestra competencia como nuestro rival o enemigo, alguien a quien debemos vencer, a mí me gusta tomarlo como un compañero de juego… Como ya se habrán dando cuenta, suelo comparar los temas de la empresa con otros de la vida cotidiana y ver cómo actuamos en esa situación. En esta oportunidad también lo voy a hacer.

Mi hijo mayor jugó al rugby en el Club Pucará desde los 5 a los 12 años, es decir que toda su infancia la vivimos en el club, y digo la vivimos porque era una actividad de toda la familia. Muchas cosas aprendimos de rugby y de la vida en el club, pero en este momento les voy a contar algo que siempre les decían los entrenadores a los chicos y también a los padres. Ellos afirmaban, justamente, que los otros equipos no eran enemigos sino compañeros de juego, que no se podía jugar un partido sin un oponente y que el jugar contra otros clubes les permitía medir su rendimiento, su calidad de juego, ver qué cosas deberían mejorar, aprender a manejar la frustración de no ganar y por sobre todo el respeto al otro. Por supuesto que, en los partidos, los chicos se peleaban, se insultaban y se odiaban, pero al final del día quedaba la satisfacción de juego, la hermandad de equipo y el desafío de mejorar.

Llevando esta experiencia al campo profesional, intento ver a mis competidores como oportunidades para crecer. Me gusta mucho ir a los comercios a ver sus productos y compararlos con los míos, muchas veces con la satisfacción de decir “el mío es mejor” y otras con la bronca de decir “¿cómo no se me ocurrió esto?”. De cualquier manera, siempre es enriquecedor comparase con nuestros pares.

Piensen ahora qué sería de nosotros si fuésemos únicos en el mercado. Sí, probablemente seríamos millonarios en alguna isla paradisíaca o estaríamos lidiando con la ley antimonopolio, pero fuera de broma, los emprendedores somos personas inquietas, que nos aburre jugar solos, que nos mueven los desafíos, por eso cada encuentro con la competencia nos da la oportunidad de crecer.

Claro que no todos los competidores son iguales, hay algunos más agresivos o no tan frontales como nosotros quisiéramos, pero como en la película “Cadena de Favores”, si nosotros tenemos una buena conducta, de alguna manera eso va a volver en beneficios. Y si bien muchas de las estrategias de marketing derivan de estrategias de guerra, no hay que ser literal con el tema de los enemigos.

Las empresas familiares y el mito de la tercera generación

El benchmarking se entiende como la observación y análisis de la competencia; de este análisis podemos incorporar aciertos o corregir el rumbo cuando vemos que al otro algo no le funcionó. Pero más allá de esta herramienta para la toma de decisiones en el corto y mediano plazo, suelo tomarlo como un ejercicio para el largo plazo, viendo no solo a mi competencia directa, sino a esas grandes empresas que llegaron a donde yo aspiro llegar.

Porque los más grandes son también compañeros de juego. Muchas veces las acciones de estas empresas no se ajustan a la realidad de nuestra pyme, pero eso no quita que podamos tomarlo como referencia para llevar a cabo nuestras propias acciones. Por ejemplo, mi marido trabaja en una empresa multinacional que tiene planes de incentivos para empleados gigantes y muy complicados, cálculos por objetivos y un montón de variables medibles y parametrizadas que no caben en mi organización. Sin embargo, cuando debo tomar alguna decisión en ese campo, le consulto qué hacen en su empresa y trato de llevarlo a la mía. Claro que hay cosas que hoy no son posibles, pero me fijan un norte para saber adónde quiero llegar y me ayuda a pensar en cómo hacerlo.

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La curiosidad es algo que viene con el emprendedor, por eso creo importante aprender e investigar más allá de las necesidades inmediatas de la organización, muchas veces algo que vemos o aprendemos hoy no lo utilizamos inmediatamente, porque no tenemos la oportunidad de hacerlo, pero capaz que mañana nos puede servir para cerrar un negocio o arriesgar en un nuevo proyecto.

Tanto en la observación de la competencia como la de las grandes empresas, creo que es importante no quedarnos solo en nuestro rubro, sino buscar más allá, en otros de mercados afines. Por ejemplo, mi empresa vende productos para el consumidor final, pero para cualquier análisis no solo tomamos el mercado de las tinturas, sino también cualquier otro mercado de productos de consumo masivo ya que las variables económicas se comportan de manera similar. Esas empresas que venden productos distintos también pertenecen al grupo de compañeros de juego.

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