Se trata de la liofilización de alimentos, una técnica que se basa en la deshidratación por congelación, lo que en inglés se denomina “freeze dry”. La NASA ya utiliza la práctica para llevar encomiendas en las distintas misiones.
En nuestro país, empresas como INVAP comenzaron a desarrollar equipos y a construir plantas dedicadas a este método revolucionario. La idea es solucionar el problema de la perdurabilidad de las frutas y verduras.
La liofilización consta de tres fases. El congelamiento, donde se someten a las sustancias a las bajas temperaturas: el vacío, donde se evapora el agua congelada y el aplicado de calor, donde el producto congelado vuelve al estado sólido y seco.
Los incas al encontrarse a más de cuatro mil metros de altura sobre el nivel del mar, subían sus alimentos a las partes más altas de Machu Picchu para guardar sus alimentos y debido a las bajas temperaturas de la noche y las bajas presiones, lograban generar de esa manera alimentos liofilizados de forma natural.
Aquellos alimentos que pueden someterse a la nueva técnica son las frutas (ananá, frambuesa, banana, frutilla y manzana), las hortalizas (papa, cebolla y morrón), carnes, especias y café.
La liofilización más allá de tratarse de una tendencia en alimentos o un proceso innovador de consumo de alimentos, es un método de preservación de alimentos útil que puede ayudar a combatir el daño ambiental producido por las emisiones de CO2 por el desperdicio de los alimentos.