Un milagro sucedió en Inglaterra, en Corby, un pueblito industrial al centro del Reino Unido. Su protagonista se llama Duke, un gato bengalí. Su dueña, la británica Stephanie Barstow, había comprado al felino en mayo de 2015. Pero en enero de 2017, el gato desapareció y, tras ocho meses de angustiosa búsqueda, Barstow trató de aceptar la posibilidad de que nunca más volvería a verlo. Luego de casi siete años, un llamado milagroso llegó a la puerta de su casa. Fue la veterinaria de su mascota quien la visitó para avisarle que habían encontrado a Duke en una fábrica cercana, a tan solo unos 300 metros de su vivienda, sano y salvo.
“Afortunadamente, la veterinaria reconoció a Duke por sus marcas faciales distintivas y sus patas blancas, ¡y recordó que lo estaba buscando! Intentó llamar al número asignado al microchip y no funcionó, así que condujo directamente a mi casa», comentó Barstow. Según el reporte, el gato vivió en la fábrica parte del año pasado donde era cuidado por los trabajadores. Sin embargo, nadie sabe dónde estaba antes. De esta manera, hace poco los empleados de la planta consideraron que no era un lugar seguro para un animal y lo enviaron con la veterinaria. «No podía creerlo. Me dijo que lo habían encontrado a solo 300 metros de mi casa, en una fábrica. Me quedé absolutamente en shock; simplemente me derrumbé por completo”, describió la dueña del felino, cuando recibió la noticia.
Barstow compartió su historia a un portal de noticias inglés y explicó que habían comprado a Duke y a su hermano Nero cuando tenían seis semanas de edad, después de tener su primer hijo. «Acabábamos de tener un bebé, así que hubo muchos cambios y, hasta donde yo sé, a los gatos no les gustan mucho los cambios», explicó la mujer, ahora madre de dos hijos, al recordar el momento en el que Duke se extravió. «No estoy completamente segura de por qué Duke no regresó a casa», dijo.
Después de que encontraron a Duke, Stephanie tuvo que tomar una decisión difícil. La ampliación de su familia y el riesgo de que el gato vuelva a escaparse a la fábrica, fueron los motivos para buscarle un nuevo hogar para Duke. «Fue una decisión muy difícil pero creo que fue la mejor para él. Me sentí culpable por lo que pasó», declaró Barstow, quien recibe actualizaciones periódicas del flamante dueño del gato y sabe que su antigua mascota está «feliz y segura». Y añadió: «Quería compartir mi historia para dar esperanza a otros amantes de los animales y a personas en mi situación para que nunca se rindan; nunca se sabe lo que podría pasar».