Hay una diferencia muy grande entre ser argentino y sentirse argentino. El Papa Francisco, por más que vivió muchos años afuera, era de las personas que pertenecen al segundo grupo, cuyo amor por su país natal es tan grande que siguen respetando la cultura y manteniendo las costumbres con el correr de los años. Dentro de todas las características que lo unían a sus raíces, la que más destacaba era el amor por el fútbol, una pasión que, directa o indirectamente, atraviesa a todos los que nacen en esta tierra.
Sin dudas, uno de los orgullos más grandes de su vida era ser hincha de San Lorenzo, un club al que acompañó en todo momento, desde que era un niño hasta que se convirtió en el referente más emblemático del mundo. A pesar de que estuvo las últimas tres décadas sin ver un solo partido, pues por un motivo ajeno al deporte prometió dejar de ver la televisión, se mantuvo constantemente informado sobre la actualidad de su equipo: «Un guardia suizo me pasa los resultados«, expresó en una entrevista.

El Papa Francisco, la delegación de San Lorenzo y la Copa Libertadores, una de las fotografías más emblemáticas en la historia del Ciclón.
Además de ser socio de la institución desde 2008, Jorge Bergoglio tuvo la oportunidad de celebrar los títulos más increíbles de la historia del Ciclón. Si bien su plantel favorito fue el que se consagró campeón en 1946 bajo la conducción técnica de Diego García, forjó una cercana relación con los de 2013 y 2014, ganadores del Torneo Inicial y la Copa Libertadores, respectivamente. De hecho, luego de conquistar el continente, una delegación azulgrana, comandada por Juan Mercier, Julio Buffarini, Edgardo Bauza, Matías Lamens y Marcelo Tinelli, viajó al Vaticano para enseñarle el trofeo.
Profundizando los lazos, el actual presidente de San Lorenzo, Marcelo Moretti, lo visitó en el Vaticano y le propuso que el estadio de Avenida La Plata, el lugar con el que todos los hinchas sueñan con que se haga realidad desde hace varios años, se llame «Papa Francisco». Por supuesto, aceptó.

El Papa Francisco y Lionel Messi en la previa del partido amistoso entre Argentina e Italia.
Al igual que todo argentino, siempre habló con mucho cariño de Diego Maradona y Lionel Messi, los dos ídolos futbolísticos más importantes del país. Creando el proyecto el «Partido por la Paz» para acercar el deporte a la población internacional y enviar un fuerte mensaje, el Sumo Pontífice los pudo conocer a los dos.
A Diego, quien por muchos años estuvo alejado de la iglesia, lo recibió en septiembre de 2014 en un encuentro histórico, donde el eterno número diez le regaló su camiseta con una dedicatoria muy especial: «Para Francisquito con todo mi cariño y mucha paz para todo el mundo«. El obsequio se puede apreciar dentro de uno de los salones del Vaticano.
Por otro lado, a Lionel lo vio en agosto de 2013, en la previa de un duelo amistoso entre el seleccionado nacional y el italiano. A pesar de que estaban los jugadores de ambos equipos, la Pulga fue el encargado de acercarse a él y brindarle distintos regalos. Dentro de todas las palabras que pronunció Francisco en aquella jornada, hubo una frase cargada de humor y mucho significado que emocionó el actual capitán: “Vieron que unos fueron obedientes y ordenados (los italianos) y otros desordenados y desprolijos (los argentinos). Bueno, yo soy uno de ellos; ahora saben de dónde vengo”.