En todo el mundo se conmemora el mes rosa, a la espera del 19 de octubre, día en el que se celebra de manera oficial el Día de la Lucha contra el Cáncer de Mama. El lazo rosa hace mención a aquellas mujeres que enfrentan o enfrentaron a la enfermedad y el tono referencia a la feminidad y la empatía. El símbolo surgió hace 25 años de la mano de Evelyn Lauder, fundadora de la ONG Breast Cancer Research Foundation, cuyo objetivo era recaudar fondos para las pacientes.
La enfermedad, que es común en las mujeres, continúa siendo la primera causa de muerte. Según la Sociedad Argentina de Mastología, en nuestro país se detectan entre 15.000 y 20.000 casos al año y se estima que 1 de cada 8 mujeres lo tendrá en algún momento de su vida. Ante este panorama, es importante que si es detectado a tiempo, más del 90% de los casos pueden curarse.
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Los primeros síntomas son el engrosamiento en la mama o axila, enrojecimiento en la piel cerca del pezón, formación de arrugas en esa zona, secreciones, descamación o desprendimiento de la piel del seno, dolores en ese sector y pérdida de peso.
Los especialistas recomiendan realizar una mamografía anual a partir de los 40 años y exámenes clínicos con profesionales. La autoexploración mensual es clave y consiste en conocer la forma, textura y la consistencia de las mamas. Se sugiere consultar a un médico ante cualquier síntoma, bulto, protuberancia o secreción.
Existen diversos cuidados para reducir el riesgo que se desarrolle el cáncer de mamas. La Liga Argentina de Lucha contra el Cáncer (Lalcec) establece algunos hábitos saludables que pueden contribuir a disminuir las posibilidades de aparición de la enfermedad: mantener un peso adecuado, realizar actividad física de manera regular durante al menos 30 minutos, limitar el consumo de alcohol, evitar el tabaco y mantener una dieta variada y nutritiva.
Tips para la autoexploración
Se recomienda que se busquen cambios en la forma frente al espejo, con las manos detrás de la cabeza y los codos hacia adelante. Luego, con las manos en la cintura y los hombros hacia adelante.
Con una mano en la nuca, se sugiere que arranque el tacto con la otra mano, revisando toda la axila y siguiendo por el pezón para ver si hay salida anormal de líquido. Para finalizar, se debe repetir el procedimiento pero sobre la cama, con una almohada en la cabeza.