Ante el asombro de los vecinos de Palermo, se puso en marcha el plan para asistir a un perro que quedó sin comida y agua en uno de los balcones. Gracias al accionar de los habitantes del edificio y de la gestión de una amante de los animales, la historia tuvo un final feliz.
Los ladridos del perro llamaron la atención. Luego, el tiempo fue pasando y varias personas notaron que el can estaba cada día más flaco. Entonces, surgió la idea de arrojar comida y cubitos de hielo para alimentar e hidratar al animal. Se inició una causa para ingresar a la casa, pero la medida no avanzó.
El caso empezó a tomar notoriedad y llegó a la Policía y los Bomberos. Además, varios rescatistas también se pusieron en tema. Y ahí, Diana Surace, propietaria de una tienda para mascotas, entró en acción en el edificio.
La mujer motorizó el operativo rescate, una de las bomberas ingresó al patio desde un balcón contiguo -atada con un arnés- y de esa manera pudieron salvar a la perra. Por supuesto, Diana adoptó al can y enseguida llamó a un veterinario para realizar todos los chequeos pertinentes. Según pudo averiguar, el dueño adoptó al animal en pandemia y desde octubre no se sabe más nada de él.
Por su parte, la nieta de Diana bautizó al perro como “Simba”, en honor a un personaje de la película “El Rey León”. “Es un perro muy bueno. Pese a todo lo que vivió su carácter se mantiene muy tranquilo. Sólo se inquieta un poco cuando entra una persona que no conoce, pero enseguida se vuelve amigable para todos”, destacó la salvadora del Golden Retrieve, que en pocos días formará parte de la familia de la integrante del cuerpo de Bomberos que llevó a cabo el heroico rescate.