Stefanía Ferrando: su historia de resiliencia, la boccia y el desafío en los Juegos Paralímpicos 2024

La joven nació con atrofia muscular espinal y los médicos le dieron pocos años de vida. Sin embargo, llevó adelante distintos tratamientos, nunca bajó los brazos y encontró en el deporte un aliciente que le dispuso objetivos y en pocos días, representará a la Argentina en París.

Por Matías Gutierrez

Ago 26, 2024

Stefanía Ferrando tiene 30 años, es oriunda de Gualeguay (Entre Ríos) y al nacer fue diagnosticada con atrofia muscular espinal (AME), que es una enfermedad genética hereditaria. Esta afección se divide en tres tipos y ella tiene el “tipo 2”, la cual se manifiesta al año de vida y afecta tanto la motricidad como el equilibrio. En 1993, los médicos le detectaron esta clase de trastorno debido a que la niña no podía mantenerse en pie por su cuenta. De este modo, los especialistas con poca información les dijeron a sus padres que viviría entre 10 ó 15 años. Sin embargo, tres décadas después, Stefania rompe con todos los pronósticos y una vez más, representará a la Argentina en bochas adaptadas (boccias) en los Juegos Paralímpicos de París 2024.

A temprana edad, Stefanía comenzó a viajar cada dos o tres meses a Buenos Aires, en busca de respuestas y conocimiento sobre la enfermedad que padecía, sumado a tratamientos y diferentes consultas médicas. Con el tiempo, Ferrando tuvo que utilizar una silla de ruedas para movilizarse. Durante la adolescencia y luego de hacer terapia comprendió que ese iba a ser su método para transportarse e inició un proceso entendimiento con su cuerpo. A su vez, el apoyo que siempre le brindó su entorno fue fundamental para que la joven alcanzara cada meta que se propuso.

A pocos días de que Stefanía vuelva a representar a nuestro país en los Juegos Paralímpicos, dialogó con Infobae y manifestó diferentes aspectos su vida: “Lo primero que le dijeron a mis papás era que iba a poder vivir hasta los 10 o 15 años. En ese momento, no se conocía mucho sobre esta enfermedad en Argentina, así que fue como empezar a transitar un nuevo camino. Empezar a viajar cada dos o tres meses a Buenos Aires para hacerme muchos controles médicos, buscarle la vuelta para conseguir una obra social, gestionar tratamientos ortopédicos, hacer terapias… Fue un cambio de vida bastante heavy para lo que uno planifica o espera”.

Tras ello, Stefanía comentó lo que sintió al tener que movilizarse en silla de ruedas. Indicó que sus familiares cumplieron un rol muy importante, debido a que su silla era manual y la tenían que empujar, aunque de igual manera, la llevaban a un montón de lugares como reuniones, eventos o salidas al aire libre. También señaló diferentes cuestiones como que en la escuela, sus docentes la ayudaron mucho y que ella es muy amiguera.

Con respecto a tener que utilizar la silla de ruedas, Ferrando agregó: “En un principio creía que no le daba bola. Era como algo que me angustiaba pero no era consciente de lo que me pasaba”. A su vez, reveló que lo más difícil fue juntarse con otras personas con discapacidad. Sin embargo, fue en una sesión de terapia grupal la que hizo que entienda su situación: “Un día me dijeron: ‘¿Vos te diste cuenta que estás en silla de ruedas?’. Eso marcó un antes y después en mi vida. Recién ahí fui consciente de lo que pasaba con mi físico. Por ahí yo decía: ‘Sí, estoy en silla de ruedas’, pero una cosa es decirlo y otra reconocerlo”.

¿Qué son las bochas adaptadas y cómo Ferrando llegó a representar a Argentina?

La boccia es un juego de estrategia y precisión que fue creado originalmente para ser prácticado por personas con parálisis cerebral. En la actualidad, el deporte incluye a atletas con discapacidades que afectan las habilidades motoras, que se colocan en uno de los extremos del campo, desde donde lanzan las bochas.

Es una compleja combinación de táctica y habilidad. Se practica de forma individual, por parejas o por equipos sobre una cancha rectangular en la que los jugadores tratan de lanzar sus bochas lo más cerca posible de la pelota blanca que sirve de objetivo, a la vez, intentan alejarlas de sus rivales, en un ejercicio continuo de tensión y precisión.

“Fue el segundo deporte en el que incurrí. Empecé en 2013 con natación. Pero desafortunadamente no era un deporte al que podía dedicarme profesionalmente. El mayor problema era que, tanto yo como las otras personas que conocí con discapacidad, dejábamos de ir porque en invierno nos enfermábamos por el frío. Fue entonces que tres años más tarde conocí boccias por casualidad y en 2017, me invitaron a un torneo nacional en Mar del Plata”, señaló Stefanía.

Tras ello, añadió: “Había empezado como para hacer un deporte recreativo, de hecho fui a la costa para conocer el mar”. Seguidamente, expresó: “Me encontré con la magnitud de la competencia y con una realidad que nunca había imaginado. Poder hacer un deporte de alto rendimiento, aunque tenga una discapacidad tan severa como la mía, me terminó generando mucha motivación”. Asimismo, remarcó que el deporte la ayudó 100% con su enfermedad, aunque practicarlo de forma desmesurada puede ser dañino para su salud “porque atrofia los músculos”.

En la actualidad, Stefanía se convirtió en influencer en las redes sociales en temas relacionados a la discapacidad, diversidad y deportes. La joven comenzó a disputar competencias nacionales en el 2017 y pudo colgarse su primera medalla de plata. Mientras que en el 2018, viajó a Canadá para lo que fue su primer certamen internacional. Un año después, concretó una buena actuación en el Mundial de Bocas Adaptadas de Liverpool y tras haber ganado el Abierto Regional de San Pablo se clasificó a los Juegos Paralímpicos en Tokio (2021), lo que significó una gran emoción para la deportista.

Su experiencia en Tokio y los Juegos de París que se vienen

Con respecto a su participación en Tokio, manifestó: “Venía muy arriba después de haber ganado la clasificación directa. Esperaba, como todo deportista de alto rendimiento, algo más. Habíamos llegado a esa instancia y quería volver con la medalla, pero no se pudo. Encontrarme con la magnitud del evento, lo importante que era y las potencias, fue increíble. Fue un torneo que disfruté mucho, pero que también me hizo caer en la realidad de lo que estaba pasando. Me hizo aprender un montón”.

Luego, en relación a París 2024, expresó: “Ese torneo también me sirvió como motivación para lo que se viene. Creo que estaba terminando mi participación en Tokio y ya estaba pensando en cómo clasificar a París”. El boleto a la capital francesa se lo ganó tras hacerse de la presea dorada en los juegos Parapanamericanos de Chile 2023.

“Ahora tengo todo mucho más claro quién soy y espero poder darlo todo. Siento que en Japón no pude disfrutar por miedo, nervios y la pandemia. Fueron muchas cosas que no nos permitieron prepararnos y competir como merecíamos”. Posteriormente, finalizó con su mayor logro personal: “Poder llevar esta bandera a todas las personas con discapacidad, la de poder romper con las barreras y demostrar que uno puede hacer todo lo que tenga ganas de hacer”.

Matías Gutierrez

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