La idea surgió en un campo de Villa María, Córdoba. Juan, quien cursa tercer año de la carrera de Agronomía en la Universidad Nacional de dicha ciudad, se lanzó a criar gallinas desde una perspectiva sostenible. El joven indicó que se trata de una manera “más amigable” de trata con el animal.
“En la pandemia empecé a ver el sistema de producción a campo, me interesó bastante y comencé a reformar una casilla rural que estaba en el campo para convertirla en un gallinero móvil que logré poner en funcionamiento hace unos meses con unas 40 gallinas”, dijo Gizzi.
Al poco tiempo, empezó a darle forma a su estilo de crianza: “Este nuevo sistema apunta a que la gallina esté libre en una parcela de campo delimitada por tejido, en contacto directo con la tierra, el pasto, insectos y otros factores propios de su ecosistema”, explicó el estudiante. La diferencia con el método tradicional es que ahí el ave está en jaula y con raciones de comida específicas.
“Acá se les ofrece un alimento balanceado específico para cubrir los requerimientos naturales básicos”, agregó el estudiante, que se mostró muy feliz al poder desarrollar su idea en los campos de su familia: “Mi bisabuelo vendía gallinas y huevos en carretas, siempre estuve vinculado con el tema desde chico. Me pone muy contento seguir con la tradición y evolucionando”.