¿Están tus hábitos actuales llevándote al destino deseado? Tomate un momento para evaluar lo que haces a diario de forma consciente o inconsciente (automática). ¿Creés que si sigues haciendo eso hoy estarás mas cerca de tu objetivo mañana? Actúa en consecuencia. Toma la decisión de generar la disposición mental correcta, trabaja en el marco desde el que miras al mundo.
Una pequeña evaluación rápida de todo lo que haces puede darte muchos datos sobre el “mapa de tu vida” actual, proporcionándote datos esenciales para ajustar donde sea necesario. Lo que haces día a día ¿te aleja o te acerca de tus objetivos? ¿Hay alguna emoción oculta que puede estar dirigiendo esas pequeñas decisiones? ¿Tengo miedo?
Las primeras semanas del año, y a veces también el comienzo escolar, suelen ser épocas de propósitos y nuevas metas. ¿Pero qué pasaría si uno de esos propósitos fuera evaluar de una vez qué haces a diario de manera consciente o inconsciente (automática como hábito) para poder implementar cambios que tengan efecto a largo plazo? Hazte las preguntas adecuadas, cuestiona e indaga para llegar a esas respuestas que te den resultados de una vez.
No necesitas saber más sobre tal o cual tema, ni leer otro libro, ni hacer otro curso. Si sigues haciendo lo mismo en tu día a día, por mucho que leas y aprendas sobre lo que quieres conseguir, seguirás dirigiéndote en la misma dirección que hasta ahora.
Las respuestas que buscas fuera suelen estar dentro.
Frena. Observa. Reflexiona. Escribe si te es necesario.
Implementa lo que puedas en tu vida, empezando por el cambio más pequeño posible, pensando a largo plazo.
Y algo fundamental: indaga acerca de tus miedos. ¿Que subyace bajo esta aparente inacción?
¿Tengo miedo al cambio? ¿Me da miedo el qué dirán o piensen de mí? ¿Miedo al fracaso? ¿Miedo a no hacerlo “perfecto”? ¿Miedo al rechazo, miedo a no ser suficiente? ¿Tengo miedo a equivocarme?
Muchos de esos miedos suelen limitar y hasta frenar completamente tu proceso, tu camino, aquel lugar hacia donde te quieres dirigir.
El miedo es una emoción primitiva, necesaria, básica y adaptativa. No esperes no sentir miedo. Forma parte del viaje y también de nuestro abanico emocional. ¡Pero procura siempre llevarlo en el asiento del acompañante, puede ir atrás y hasta en el baúl! Es probable que siempre sea un compañero de viaje. Pero cuida que nunca, nunca tome el volante de tus proyectos y tus sueños. El miedo puede acompañarte, pero nunca dirigir tu camino.
Observalo, sentilo, respiralo, pero procura que no te paralice.
Sigue andando. Avanza. Camina, y si tienes miedo, hazlo con miedo.