La historia de Sabrina Rocca es parecida a la de miles de personas que nacieron a finales de la década del 70 y principios de los 80 en Argentina. Aunque vive en Mar del Plata, nació en Valle de Punilla, Córdoba, el 3 de septiembre de 1982 y 39 años después se enteró que había sido apropiada.
El 16 de abril de 2021 conoció su verdad. Nueve meses después del fallecimiento de la mujer que la crio, dos amigas de ella se comunicaron con el esposo de Sabrina para contarle que había sido adoptada.
Sabrina con sus hijos y esposo. Crédito: Infobae.
En una entrevista con Infobae, declaró que “fue un golpe fuerte porque nunca había sospechado nada por el estilo”. Y añadió: “Aunque cuando era chica sí sentí que no pertenecía a esa familia. Sentía que extrañaba a mi mamá cuando Mirta (la madre adoptiva) estaba a mi lado«.
Luego de procesar la revelación que cambió su vida, Sabrina se puso en campaña para averiguar más datos al respecto. Empezó a publicar mensajes en Facebook, visitó Abuelas para realizarse un test de ADN y utilizó My Heritage, una plataforma de internet donde se puede investigar sobre el árbol genealógico.
“Es un sitio bárbaro porque te mantiene conectado permanentemente con gente de cualquier parte. Tu resultado todo el tiempo se está comparando con los nuevos análisis que ingresan al sistema, y como es un sistema internacional que se va actualizando, te permite estar relacionado con el resto del planeta”, manifestó en Página 12.
Sabrina con su familia de Córdoba. Crédito: Infobae.
Esta herramienta ayudó para que el 25 de diciembre de 2022 la contacte una mujer con residencia en Alemania: “Era mi prima que sólo se hizo la prueba para conocer la historia de sus antepasados. Luego supe que mi familia era Garrido y que vivían en Calchín y que había otra parte en Cosquín. El 27 de diciembre de 2022, me puse en contacto con Raquel Garrido, mi tía”, explicó.
Luego de cinco meses de conversación e intercambio de fotos, pudieron ver que Sabrina tenía un parecido físico con Mario, uno de los seis hermanos de Raquel.
El 24 de mayo, Sabrina se encontró con Mario Garrido para hacerse la prueba de ADN. Sin tener el resultado confirmado, ambos se juntaron a tomar un café, dialogaron y sintieron una conexión muy importante desde el comienzo.
Cinco días después, confirmaron lo que venían esperando: eran padre e hija. “Lloré de felicidad. Lo llamé y le conté, se puso a llorar y fue hermoso. También hablé con mis hermanos y los busqué en las redes. Tengo una familia hermosa”, finalizó.
