La BBC incluyó a una argentina en su informe anual de las 100 mujeres más inspiradoras del mundo. Se trata de Sofía Heinonen, biologa y directora de la Fundación Rewilding Argentina, una organización que impulsa proyectos para la conservación y restauración de los ecosistemas a lo largo del país.
La activista ambiental fue reconocida el martes pasado en la casa museo Villa Ocampo por su trabajo en la Fundación Labradoras, una ONG que busca promover la capacidad productiva, profesional y emprendedora de las personas, especialmente de las mujeres en situación de vulnerabilidad social.
Sofía dirige hace más de 15 años el primer caso de rewilding en Sudamérica con la restauración de los Esteros, el humedal más grande de Argentina. Es bióloga, y lleva más de 30 años diseñando estrategias para la creación de áreas protegidas en nuestro país, con una capacidad única para pensar proyectos de gran escala y a largo plazo. Trabajó en la Fundación Vida Silvestre y en la Administración de Parques Nacionales antes de liderar el equipo de conservación de Rewilding Argentina en 2005.
La reintroducción del yaguareté en los Esteros del Iberá
El jaguar o yaguareté, también llamado tigre americano, es el felino de mayor tamaño de América y el mayor depredador terrestre del continente. Por eso, en un país de raíces ganaderas como el nuestro, no fue fácil lograr que se lo volviera a respetar. Heinonen asegura que esa tarea le llevó 15 años. Finalmente, en 2021 se liberaron los primeros ocho ejemplares en el humedal Esteros de Iberá luego de 70 años.
La presencia del yaguareté en Iberá –un animal capaz de cazar y comer animales más grandes– trae equilibrio a toda la comunidad biológica. Gracias a estos “depredadores tope”, los animales presa están más atentos al peligro, no se alejan de sus refugios o vías de escape y dejan lugar a otros animales para subsistir y desarrollarse, aumentando la biodiversidad.
Cuando comenzaron el trabajo de restauración del Iberá, las especies que faltaban eran muchas: el oso hormiguero gigante, el venado de las pampas, el guacamayo rojo y la pava de monte, el pecarí, el tapir, el ocelote y la nutria gigante, entre otras. “La Fundación arrancó con la idea de proteger nuestro territorio. Después, nos dimos cuenta de que la protección por sí sola no era suficiente, había que restaurar para el que el ecosistema funcione”, recordó la especialista.
Se reconoce como activista, conservacionista y apasionada. “Me fui a vivir al campo apenas nací, hasta los cinco años. Después mis padres se vinieron a vivir a Zona Norte. A los dieciséis años me di cuenta de que necesitaba volver, que necesitaba un lugar para conectar con la naturaleza. Ahí caí como voluntaria en un grupo que se llamaba Estrategia Nacional de Áreas Naturales. Lo que hacíamos era relevar distintas provincias de Argentina y proponer la protección de áreas desprotegidas a los gobernadores. Años después, muchas de esas áreas se convirtieron en Parques Nacionales, como Monte León”, aseveró.
Revertir la extinción de especies y la degradación ambiental y favorecer así el bienestar de las personas que viven en torno a esos ecosistemas rehabilitados. Esa es la labor de la Fundación Rewilding Argentina. “Me emociona que algo que nace como una visión individual pasa muy rápido a ser algo colectivo. Los sueños traccionan mucho más rápido de lo que uno se imagina. Me gustaría ver proyectos marinos costeros que valoren los bosques de algas y las praderas sumergidas que tenemos. También que los argentinos podamos visitar y enorgullecernos de nuestras islas”, finalizó la experta.