Hoy quiero hablar de la amistad. Las relaciones más genuinas y fieles que hay, ésas que se transforman en una partecita más de vos y son indispensables. Durante toda mi vida, los que me conocen me definieron como una persona ‘’amiguera’’ y yo creo que quizás es por lo extrovertida que soy y fui siempre. Con los años me di cuenta de que la amistad tiene un valor especial. Uno puede rodearse de gente querida, pero la palabra “amigo” va más allá de eso.
Las primeras amistades por lo general vienen del colegio. Cuando era más chica mis amistades más fieles, con las que he compartido todo, fueron ésas. Esa obligación hermosa, en mi caso, de ver a esos amigos todos los días, de alguna forma u otra hizo que dejen una marca en mí. Al ir al mismo colegio desde los cuatro años fue inevitable no crear esas relaciones que en algún momento las creía eternas. Hoy en día, los amigos del colegio que me quedan son pocos, pero los recuerdos son hermosos, infinitos.
Por otro lado, hay otras personas que siempre estuvieron y son esas familias amigas con las que viví muchas cosas y vamos todos juntos recorriendo este camino. Durante la secundaria tuve la posibilidad de conocer mucha gente de otros lados, que lograron entrar en mi vida. Algunos siguen y otros no, pero me parecen super importantes porque eran los que me sacaban un poco de mi rutina y permitían ampliar mi mundo.
Al terminar el colegio, construí muchos vínculos y hoy siento que tengo las amistades justas para todo lo que estoy viviendo. Y ahí voy a un punto importante de porque estoy escribiendo esto un 10 de septiembre. Hoy cumple años una gran amiga y persona, que apareció hace un tiempo y me dejó aferrarme a ella incondicionalmente, y ella a mí, posibilitando vivir momentos increíbles como otros bastante olvidables, pero juntas. Así que, por esa razón, le quiero dedicar esta publicación a Agustina.
Siempre me costó soltar amistades y hoy, con 22 años me sigue costando. Quizás es justamente por la importancia que tienen y tuvieron siempre para mí. Aunque con el tiempo me fui dando cuenta de lo importante que es cortar relaciones a tiempo para poder recordarlas con amor y no con tristeza, y poder seguir cruzándonos con cariño. Para esto es primordial la palabra. Eso es algo que me representa muy bien. A veces simplemente nos distanciamos de una persona y en otros casos sucede algo, y hay que hablarlo, para cerrar y sanar esos dolores. También para aprender. Sin esas charlas uno no puede saber qué sienten las otras personas.
Hay muchos tipos de amistades. Algunas en las que uno puede descargar, contar todo, llorar, reír al máximo y otras quizás más de diversión, despeje, entretenimiento. Pero el punto en común que tienen todas es poder ser y estar, tanto en las buenas como en las malas, cada uno de la forma que puede y le sale. Sin juzgar, dejar ser al otro y valorarlo. Alegrarte de sus éxitos y apenarse por sus fracasos.
Amar, cuidar y conservar esos amigos es uno de mis propósitos de todos los días. Agradezco las amistades que tuve y tengo hoy. Feliz cumpleaños a esas amistades sanas y nutritivas que nos llenan de amor todos los días.
