Martín Moschioni, el propietario del local, dio a conocer la noticia la semana pasada. Tras observar que una de las clientas era robada, interceptó al ladrón, que escapaba con un celular, y en el momento en el que era apresado, le ofreció empleo. La historia tuvo un final feliz.
Con el menor esposado en el suelo, el responsable gastronómico habló con él antes de que se lo lleven a la comisaría: “Se me cayeron las lágrimas, encima se llama como yo. Me dijo que robaba para su familia. Le dije que tenía un lugar disponible, que si quería trabajo, acá lo tenía”, contó Martín y la respuesta de su tocayo no tardó en llegar.
El chico se presentó, pero como es menor, el puesto lo ocupó su hermano Lucas, de 18 años, quien va a ser papá: «Estuve laburando como tres semanas en una construcción. Al dueño no lo veíamos y nos transfería la plata, hasta que un día no nos quiso pagar más, nos quedó debiendo y al quedarme otra vez sin trabajo, me puse a vender medias en la calle», contó el joven que ya arrancó con sus jornadas como bachero.
«Es una felicidad enorme poder ayudar y que alguien se deje ayudar también. Me pone muy feliz y espero que el mensaje se esparza un poco y que otros hagan lo mismo que yo, si pueden, claro», señaló el dueño de la cafetería.
Por su parte, el otro Martín se mostró arrepentido por el robo, pidió perdón y aviso que va a retomar los estudios: “No está bien lo que hice, el otro día vine a ofrecer mis disculpas y me recibieron con café y algo para comer”.