En el marco del 120° aniversario de su nacimiento y el tricentenario de Rosario, Antonio Berni revive en la muestra que le rinde homenaje. La misma es llevada a cabo en el Museo Municipal de Bellas Artes Juan B. Castagnino, frente al Parque Independencia y la cancha de Newell’s Old Boys hasta el 3 de agosto. De miércoles a viernes se podrá acceder de 13 a 19 y los sábados, domingos y feriados, de 10 a 19. La entrada es libre y gratuita.
Con la curaduría a cargo de Cecilia Rabossi, el público podrá disfrutar de 49 obras del pintor y artista gráfico, entre las que se encuentran sus grabados, dibujos, pinturas y fotografías. Entre las exposiciones, intervenciones, instalaciones y actividades para las infancias hay algunas que no son propiamente de Berni sino de otros autores que reinterpretan su legado.
El Colectivo Mondongo tomó a la Manifestación del rosarino como puntapié para anclarla en la narrativa actual y hacerla dialogar con el presente. A través de una amplia variedad de plastilinas, trasladaron el escenario original (Barrio Refinería de Rosario) a Plaza de Mayo, en donde las caras cambian pero la esencia permanece. También están unas esculturas de fibra de vidrio pero no en los lugares tradicionales sino en la explanada del Castagnino. «Los manifestantes», de Nicolás Panasiuk, son los mismos que hizo Berni en 1934 pero en otro plano, en el que conversa con el espacio público.
Un artista con los ojos bien abierto
Dalesio Antonio Berni nació un 14 de mayo de 1905 en Rosario, Santa Fe. A los 11 años comenzó a tomar clases en el Centre Catalá, frente a lo que luego se convertiría en la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Rosario. Pocos años después, cuando ya tenía 14, expuso sus obras por primera vez y lo empezaron a considerar un niño prodigio. Antonio y su arte no pasaron inadvertidos para el Jockey Club de Rosario, puesto que decidieron becarlo para que adquiriera más herramientas en Europa.
Vivió en Madrid y París, lo que le permitió estar en contacto con Dalí, Picasso, Max Jacob, Henry Lefebvre y Louis Aragon. Incluso formó parte del Grupo de París que reunió argentinos con intenciones de modernizar el arte nacional enfrentándose al Salón Nacional de Buenos Aires. Ya en las décadas del 50 y 60, les dio vida a sus personajes más conocidos: Juanito Laguna, un niño que vive en la villa miseria, y Ramona Montiel, una joven que debe prostituirse para sobrevivir. Ambos, realizados mediante xilo-collage (xilográfía más materiales pegados encima), hicieron visibles desigualdades sociales de la época. Falleció en 1981 sin haber abandonado el arte, por más apremiante que haya sido la realidad.