El año pasado, cuando solamente tenía 17 años de edad, Candela Belén Francisco Guecamburu supo hacerse con el título en el Mundial Sub-20 de Ajedrez que se desarrolló en México. E inmediatamente se puso en boca de todos.
A partir de allí, la ajedrecista argentina comenzó a ser considerada de otra manera teniendo en cuenta sus cualidades, sus capacidades, su talento y su potencial. Y lo cierto es que ella no se conforma con lo conseguido y sueña con más.
De hecho, en las últimas horas, Candela Francisco regresó al país tras una destacada actuación junto al equipo argentino femenino, alcanzando el undécimo puesto entre 170 naciones en la Olimpiada de Ajedrez de Budapest, Hungría.
Se trató de la mejor participación en el historial doméstico y Candela salió invicta del enfrentamiento debido a que no cedió ningún empate y derrotó a todos sus oponentes. Inclusive, a algunos de ellos con suma y sorprendente facilidad.
Por ende, Candela, que en agosto pasado cumplió apenas 18 años, se perfila como una deportista a tener en cuenta en la República Argentina. Y, ahora, brindó una exhibición en simultáneo en la estación Las Heras de la línea H del subte porteño.
«Me llevo bien con esta práctica de dar simultáneas», comenzó exteriorizando, en diálogo con Infobae, la joven que en solamente nueve años de práctica de esta disciplina consiguió todos los títulos femeninos que se disputan.
«Fue una linda experiencia, en algunas partidas mis oponentes tuvieron sus oportunidades de contra juego por algunos errores que cometí, pero esa es una ventaja que sólo podes darte cuando no jugás con gente profesional», amplió.
«Ellos, tal vez, no saben identificar los momentos críticos de una posición. Quizás, mientras estoy jugando en otra mesa, ellos están pensando en varias jugadas y cuando les toca el turno, a veces se olvidan la elegida y en el apuro, ejecutan una jugada diferente», finalizó.