Son una de las bases en el escalafón médico y muchas veces, sienten que no son valorados como tienen que serlo. Pero Olivo rompió con la regla. A base de esfuerzo y dedicación, arrancó una extensa trayectoria como enfermero y recibió el reconocimiento en el área de la salud pública. Además, se destacó en la docencia, donde sigue ejerciendo hasta el día de hoy.
El interés por el prójimo arrancó en la época de la escuela, donde llevaba el distintivo de la cruz roja: “Mis padres no podían costear la carrera de Medicina y comencé a cursar para ser auxiliar de enfermería. Al terminar seguí con la licenciatura en la Universidad de Rosario, donde estaban las dos carreras, pero sabía que lo que realmente amaba era el contacto con el paciente que da la carrera de enfermero”, resumió Olivo.
Siempre con una sonrisa. El director visita varias entidades de la zona.
A los 28 años fue nombrado jefe de Terapia del hospital San Martín de Paraná y se especializó en la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva, donde recorrió cada rincón de la Argentina para capacitar a colegas: “Comenzamos a hacer capacitaciones para toda la comunidad porque la gente siempre está dispuesta a saber, sobre todo lo que está relacionado con los primeros auxilios y cuidados de la salud”, agregó el profesional.
Y lejos de conformarse, llegó a la docencia y se convirtió en profesor en la Universidad Autónoma de Entre Ríos, la Facultad de Ciencias de la Vida y la Universidad Adventista del Plata. Y gracias a los cursos gratuitos, logró el reconocimiento del Ministerio de Salud y fue nombrado director del hospital Joseph Lister de Seguí. Allí trabajó desde 2018 hasta el año pasado, cuando se jubiló.
Olivo, durante una campaña contra el cáncer de mama.
Durante su gestión, afrontó la Gripe 1 y la pandemia: “Debía demostrar que un enfermero estaba capacitado para ocupar este tipo de cargos. Creo que hice bien mi trabajo”, resumió Oliva, quien en la actualidad sigue dictando cursos de RCP y primeros auxilios para la comunidad.
