El muchacho pateó el tablero a los 36 años, en 2016, y dejó su Castelar para ayudar a los más necesitados. Desde su desembarco a España ya participó en 30 misiones y sigue de guardia.
“Empecé en Lesbos, en combinación con otras ONG haciendo vigilancia nocturna. El lugar es un estrecho y desde las montañas de la costa, con prismáticos, se podía ver si había embarcaciones a la deriva. La distancia entre Turquía y la isla es de 10 o 12 kilómetros solamente. Ahí trabajaba como guardacostas. Cuando recibíamos un aviso, como el equipo ya estaba entrenado, en cinco minutos estábamos con una lancha rápida en dirección a donde estaban los migrantes y los rescatábamos de esa manera. Allí es donde empecé y estuve viviendo en dos períodos distintos, como 10 meses”, recordó el socorrista.
Mauro llegó al viejo continente con la idea de regresar a la Argentina, pero su causa noble pudo más: “No podía volver a mi vida cotidiana, encontré que lo que estaba pasando aquí era mucho más grande de lo que me imaginaba y me aboqué a vivir cien por ciento a esto”, dijo.
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Mauro en pleno viaje junto a migrantes.
Luego, ascendió a Coordinador de Buque y Rescate. Ahí se hizo cargo de las tareas de entregas de chalecos salvavidas, comida y mantas. Recorrió varias islas que fueron el epicentro por la entrada de varios refugiados a Europa. La ONG opera con ímpetu, a pesar de algunas cuestiones sociopolíticas que impiden la llegada a algunos puertos.
“Hace pocos días, en la última misión, cerca de la isla italiana Lampedusa, una barca de metal se hundía, se les dio chaleco a todas las personas, el equipo actuó rápido y se salvaron todos, inclusive un bebé de 5 meses y una mujer embarazada”, evocó con orgullo el hombre que abandonó su carrera de Imagen y Diseño en la UBA.
Pero no está solo, junto a él, trabajan siete argentinos, entre ellos el capitán del buque, Ricardo Sandoval, el 1ero y 2do oficial del buque Rodrigo Otero y Esteban Taroni; el jefe de máquinas, Adrián Martino; Tomás Anllo, patrón de embarcaciones de rescate y el socorrista del equipo, Julián Zirlinger.
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El buque realiza misiones en todas las zonas críticas del Mediterráneo.
En diciembre del año pasado, el grupo rescató a náufragos en Blangadesh. Llevaban cinco días en el mar y presentaban cuadros de hipotermia. El día del rescate coincidió con la final en el mundial de Qatar, así que festejaron todos juntos dentro del barco.
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Hay equipo. En la misión 100 participaron siete rescatistas argentinos.